—Señor, realmente no tenía idea de que él fuera su hijo, de lo contrario, ni con ciento veinte veces el valor me atrevería a actuar! —dijo el Rey Estrella del Borde Helado con una sonrisa irónica.
Esto era sin duda la absoluta verdad. De haber sabido que Chu Niancheng y Chu Haoyue tenían un padre tan formidable, los habría evitado a toda costa, y mucho menos se habría atrevido a atacar.
—¿Es verdad todo lo que dijiste? —Chu Hao preguntó indiferentemente.
—Es verdad, absolutamente verdad! —juró apresuradamente el Rey Estrella del Borde Helado.
—¡No te creo! —Chu Hao extrajo directamente su alma, sacando por la fuerza el sentido divino del Rey Estrella del Borde Helado de su Mar de la Conciencia para revisarlo.
¡Hisss!