—Me gusta todo lo que Lucía me regale —dijo con una sonrisa.
Al final, Lucía sacudió la cabeza con ironía y se dio por vencida en buscar respuestas de este maníaco enamorado de su prometido frente a ella. Suspiró... sintió que era verdaderamente afortunada de tener a un hombre tan dedicado que a lo largo de todos estos años, nunca había mirado a otra mujer ni siquiera por un segundo. Su entero corazón le pertenecía solo a ella para siempre, y honestamente... esperaba que fuera así por siempre, ya que incluso ahora la poligamia era una cosa común en el mundo de hoy, ninguna mujer estaba conforme con la idea de compartir a su hombre con alguien más.