El Rey Demonio de la Peste descubrió que el cuerpo de Ling Xiao era aterradoramente duro; golpearlo era como golpear escamas de dragón sólidas, sin ningún efecto.
—De ninguna manera, tengo que pensar en algo. ¡Es imposible que este rey se retire de aquí!
Un luz feroz y despiadada brilló en los ojos del Rey Demonio de la Peste.
¡Boom!
Las palmas de Ling Xiao y del Rey Demonio de la Peste colisionaron una vez más.
Sin embargo, en ese instante, los brazos del Rey Demonio de la Peste, conjurados de líquido verde denso, se desprendieron de su cuerpo y se lanzaron hacia Ling Xiao a una velocidad increíblemente rápida.
—¡Jajaja, no importa si eres un sénior o ese niño jugando trucos, al haber tragado el cuerpo de plaga que este rey sacrificó treinta por ciento de su nivel de cultivo para condensar, tu muerte es segura!
A pesar de que el Rey Demonio de la Peste fue rechazado por las palmas de Ling Xiao, una sonrisa triunfante y siniestra apareció en su rostro verde espeluznante.