Capítulo 2 - ¿Dónde estoy?

Sentí un brillo que me molestaba, pensé que sería un foco, pero también sentía una sensación áspera y dura debajo de mí, cuando abrí los ojos vi que estaba sobre césped. Me levanto a mirar a mis alrededores y solo llego a ver una pradera y al otro lado a lo lejos veo como un bosque, en la pradera se veía a lo lejos un sendero.

Cuando observo mis alrededores, veo a Eva tirada cerca de mí, así que me dirijo a dónde esta, para ver si esta bien.

— Eva, despierta —

Empezó a agitará para ver si despertaba, pasaron unos minutos y ella reacciona algo despistada, toma un momento para ella ver dónde estamos y al notar donde nos encontrábamos se asusta y la trató de calmarla.

Nos sentamos para preguntarnos si recordaba algo, porque lo único que recuerdo es una caída y un lugar oscuro unos minutos después.

— ¿Dónde estamos? — Eva temblando me pregunta

— No sé dónde estamos — Solo se me viene a la mente lo que mi madre me dijo cuando mi papá falleció. — No puede ser ese lugar, no lo sé — siento el escalofrío y cada vez siento más miedo

— Tal vez... estemos... muertos—

— No... eso... no debe ser —

— ¿No recuerdas lo que nos pasó? —

— Si lo recuerdo, pero... —

— Lo vez no sabes que decir... me dijeron que cuando la personas mueren se van a un mejor lugar —

Me levanté y empecé a ir a dónde estaba el sendero, no quiero aceptar esa idea.

— ¡Espérame! —

Cuando ella llego a donde estaba, no quería dirigirle la palabra.

— Bueno, ¿Ya te calmaste? —

— Eva no quiero pensar eso... entiendo de eso, pero solo no quiero pensarlo—

Llegamos al camino y vimos un letrero el cual indicaba ambos lados, solo se veían símbolos en las flechas. No supimos que indicaba así que decidimos ir por la derecha y encontrarnos con alguien para saber dónde estamos.

Pasamos hasta como una hora caminando y ya no podíamos aguantar más por la sed que teníamos, en ese momento vimos un rio con puente de piedra un poco más al frente del camino, así que le digo a Eva y ella salió corriendo hacia el rio y se puso a beber el agua.

— No bebas podrías enfermarte —

— Creo que no pasa nada, lo ríos son agua dulce —

En eso mi estómago y la de Eva empezaron a sonar.

— Tenemos que ver si no hay comida cerca —

Decidimos alejarnos un poco del sendero para ver si nos encontrábamos algo de comer, solo podríamos ver algunos árboles y arbustos a nuestro alrededor. Vi unos arbustos que tenían bayas rojas en todas partes, que parecían como cerezas.

Le avisé a Eva y al oír lo que encontré vino y sin pensarlo dos veces decidimos comerlo, igual ya teníamos hambres y no podríamos aguantarlo más, pasaron unos minutos hasta que terminamos por saciarnos.

Nos decidimos quedarnos sentados debajo de un árbol por tanto que comimos, pasaron unos segundos y empezó a sentir mis parpados pesados, mientras trataba de seguir despierto volteo a ver a Eva que ya está en el suelo tirada durmiendo, sentía que ya no podría aguantar las ganas de dormir...

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— ¿Dónde estoy? — Siento como si estuviera en un auto

Abro los ojos y veo que alguien me está llevando en una carreta con varios sacos y heno, veo a Eva en un lado también despertándose, volteo a un lado y veo a un señor mayor con ropa algo desgastada manejando la carreta al ver el carro y ver que es un carro tirado por un animal, me levanto para agradecer al señor.

— Gra... ah! — No sé qué fue lo que vi haya adelante pero nunca vi una clase así de animal.

— Eh? —

No sé qué estoy viendo, pero esa cosa parece como un tipo de caballo marrón robusto con un pelaje un poco largo en su lomo.

— Señor disculpe ¿Qué tipo de caballo es ese? —

— Jo timen lof — Se nota confundido ante mi pregunta

No entiendo lo que dices y creo que él tampoco me entiende. Así que solo le apunto al animal que jala la carreta y le repito la pregunta.

— Eh, Carnoy? —

No sé si respondió mi pregunta, pero creo que se llama así. En ese momento Eva también se asomó y vio al Carnoy, para luego reaccionar de la misma forma, inmediatamente le explique que esa cosa se podría llamar “Carnoy”.

Sin darnos tiempo para analizar nuestra situación el señor se detuvo y nos señarlo que vayamos para el pueblo que está a la izquierda de nosotros. Nos bajamos del carro y nos empezamos a despedirnos, no sé si nos entendió.

Fuimos donde nos apuntó, mientras más nos acercábamos al pueblo empezamos a ver más animales diferentes de los que conocemos, no sé qué está pasando, pero trato de digerirlo. Al llegar al pueblo todos se veía muy extraño, mientras observábamos las casas sentimos que todos nos miraban como si no encajábamos con ellos, tal vez sea como estamos o por nuestro tipo de ropa, ya que algunas partes de nuestra ropa esta rasgada y sucia, mientras miraba a las otras personas con ropa peculiar que se llegaba a asemejar casi a una vestimenta antigua como decía mis maestros de historia, además no entendíamos ninguna de sus palabras.

[¿Qué clase de idioma hablan?, No puede ser ingles]

Pensé en preguntarle a algunas personas de donde estábamos, pero todos me contestaban con palabras que no entendía, si nada que hacer nos sentamos bajo un árbol a pensar, ya que no tenemos forma de saber en dónde estamos y que podemos hacer.

Mientras trato de calmarme con todo lo que estoy viendo, veo que no está Eva y empiezo a buscarla, mientras buscaba a Eva empecé a escuchar una multitud haciendo un alboroto, seguí los sonido y encuentró a Eva siendo jalada por un hombre que le estaba gritando, rápidamente corrí para agarrar a Eva para que no se la lleve, durante el forcejeo que hacía solo escuchaba las palabras “Ratín” repetidas veces y en un punto vino alguien por mi espalda y sentí un gran golpe mientras escuchaba a Eva gritar mi nombre.

[Tengo que levantarme]

Al despertar vi que estaba encerrado en un cuarto yo solo y con un gran dolor de cabeza, me levanté y solo veo unos cajones de madera apiladas y algunas con un tipo de frutas que nunca he visto, así que decidí intentar probar uno, además si está en guardado seguro que sea comida, antes que le dé una mordida a la fruta entra alguien al lugar.

— ¡Oye, ¿Quién eres y dónde estamos?! — No recibí respuestas — ¡No sabes que golpear a un niño está mal! —

Él solo se limita a quedarse callado mientras yo le seguía gritando, detrás de él había un sujeto con ropas más distinguidas a las que vi.

— ¿Dónde estoy? —

— Ga te guma a ut — Me ignora y solo le dirige la palabra a la otra persona.

De repente saca un anillo y me lo tira a mí, al colocármelo su color cambio de dorado a café.

— ¿Ya puedes entenderme? —

— Eh? — al fin escucho que dice — ¿Quién eres y dónde está Eva? —

— Bien entiendes —

— ¡Si me entiendes responde a mi pregunta!

Al escuchar empieza a cercase a mí el que me dio el anillo, pero el otro lo detiene.

— Si hablas de esa chiquilla que defendiste solo sé que alguien se la llevo por el escándalo que provocaste. —

— ¡Eres un...! — corrí lo más rápido así el, pero sentí un fuerte golpe en mi estómago y con el que no podría respira bien.

Sentía que poco a poco el aire salía de mi cuerpo hasta que solo vi que estaba en el suelo y trataba de respirar con fuerza, pero entre más intento más me duele el estómago, antes que siga nublándose la vista levanto la cabeza.

— Entiendo tu ira, pero tú tampoco tendrás suerte — Es lo último que oigo antes de perder la consciencia.