—¿A dónde nos llevas? —Lamar fulminó con la mirada al tipo detrás de mí, impidiéndole tocarme. Nos estaban llevando a la mansión del alfa, pero la gran pregunta era: ¿por qué?
—El Alfa Vernon quiere verlos —siseó el guerrero, haciendo que mis ojos se desviaran hacia el letrero cerca de la mansión.
El letrero marrón estaba derribado, con el nombre rayado de la manada anterior, *La Manada de la Maldición Sangrienta.* Al lado había un nuevo letrero que decía *La Manada del Eclipse Oscuro.* Habían dejado a propósito el antiguo, probablemente como recordatorio de la caída del alfa anterior.
Cuando llegamos a la entrada, el Alfa Dewitt y Malarkey nos alcanzaron. Sonrisas se extendieron en sus rostros mientras bloqueaban nuestro camino.
—¿Sabes qué es lo gracioso de los gorriones, Malarkey? Piensan que pueden vencer a un águila —comentó Dewitt, riéndose de mí.