Helanie:
Había estado luchando por liberarme del cinturón durante la última hora, pero él lo había apretado tanto que no pude escapar.
—¿Estás bromeando, verdad? —pregunté mientras él aparecía de nuevo con una hamburguesa en la mano y se sentaba junto al árbol con un libro en la otra mano. Me había dejado aquí después de decirme eso.
Después de unos minutos, pensé suavemente que ni siquiera volvería, pero lo hizo.
—Norman —grité, y él cerró un ojo para mostrarme que mi voz no lo molestaba.
—No hablas en serio, ¿verdad? —pregunté de nuevo, mientras movía mis manos para de alguna manera aflojar el cinturón alrededor de mis muñecas.
—Me oíste. Dije lo que dije —tomó un bocado de su hamburguesa y luego actuó como si estuviera tan ocupado leyendo que no podía molestarse en responderme.
—No puedo creer que seas tan malvado —siseé, sentándome en el suelo con enojo.