—¿Dime qué pasó? —insistió Emmet, pero yo había vuelto a cerrarme en banda. No podía olvidar cómo una vez confié en Maximus, y ahora él estaba en mi contra.
Para el final del día, Emmet era su hermano. Definitivamente, de alguna manera terminaría inclinándose hacia ellos.
—Me enredé con ellos, y ahora ambos están enfadados conmigo porque no quise hacerlo oficial con ninguno de los dos —murmuré, mirando por la ventana.
Él conducía despacio, llevándome de vuelta a su hogar. Nunca lo llamaría mi lugar.
—Hmm, eso es complicado. Supongo que no sabría hasta escuchar toda la historia. Pero te sugeriría que lo dejes estar por un tiempo. Cuanto más trates de explicarte, más enfadados se pondrán —me aconsejó, conociendo muy bien a sus hermanos.
—Helanie, quiero sugerirte algo, y espero que lo tomes solo como un consejo de tu hermanastro o tu profesor —dijo suavemente, tomando la ruta más larga. Era mejor así.