370-La Manzana Dulce y el Alfa

—Me alegra que hayas venido —Rudy estaba en el bosque, terminando cuando llegué. Solo me dio una sonrisa cuando notó a mis dos amigos detrás de mí, y su sonrisa comenzó a desvanecerse un poco.

—Hey chicos, no sabía que tendría tanta suerte con tantos estudiantes hoy —logró sonreír, a pesar de parecer visiblemente descontento.

—Espero que esté bien —le confirmé, y él me asintió con la cabeza. Su repentino cambio de nuevo a un buen humor fue útil porque veía esta práctica solo como una manera de entrenar y no por otras razones.

En los próximos minutos, nos ayudó a calentar y luego comenzó a recordar sus primeras clases. Sacó sus viejos registros, lo que me sorprendió. Solía darse tareas diarias —ejercicios que tenía que hacer, incluyendo algunos muy difíciles como dar vueltas a montañas sin mucha ayuda de su lobo.