443-Los Hermanos Locos

—Han pasado dos días, ¡malditos dos días! —Maximus estaba sentado en el porche delantero, sus ojos vacíos como si no le quedara alma en el cuerpo. Habíamos puesto la comunidad pícara patas arriba, pero obviamente no podíamos revisar cada área. La nieve cubría los árboles, las rocas, y Diosa sabe qué más.

—¿Cómo está Emmet? —preguntó Maximus, girando su cabeza hacia mí. Me senté en las escaleras con él y suspiré.

—No muy bien. A veces, actúa super preocupado, y al minuto siguiente, actúa como si no supiera qué está pasando. —Estaba preocupado por Emmet. Esos síntomas no eran buenos.

Y luego estaba Davon, él también había estado tan débil.

—¿Qué crees que le pasó a ella? —Vi los ojos de Maximus brillar con un atisbo de desastre si decía una palabra equivocada.

—Estoy seguro de que ella está bien. —Todos mis latidos se detuvieron al pensar en Helanie.

Su carita inocente apareció ante mis ojos, su pena, su descaro. Habían pasado dos días, pero se sentía como meses.