Helanie:
La mitad de mí esperaba que su mano aterrizara fuerte en mi mejilla y me tumbara. Pero cuando eso no ocurrió y vi a Norman parado a mi lado, pensé que podría haberla detenido de golpearme. Pero eso tampoco era la verdad. De hecho, había llegado para evitar la bofetada, pero fue Jessica misma quien había detenido su mano.
—Ni siquiera puedo golpearte —murmuró, con lágrimas cayendo por su rostro.
—Jessica, no es su culpa —Norman se interpuso entre nosotras y sostuvo mi mano con delicadeza para tirarme detrás de él. Vi a Jessica mirando su mano sobre la mía e instantáneamente solté su agarre.
Estaba notando cada movimiento tan de cerca que empezó a preocuparme.
—No te preocupes, no la lastimaré, Norman. Estoy herida y triste, pero sé que no es su culpa —explicó, como justificando por qué se había detenido de golpearme.