Úrsula:
Ver a mi hija tener una crisis no era algo que hubiera esperado. No pensé que le importara tanto. ¡Claro que estaría preocupada! Pero llorar así por un hombre que había sido tan duro con ella antes, y que solo accedió a casarse con ella para luego rechazarla en la próxima luna llena, me sorprendió. Sabía que no había nada entre ella y ese hombre. Fue solo su forma de salvarla esa noche. Pero la forma en que mi hija lloraba me dejó preocupada.
«Dije, tengo la sensación de que lo liberarán», me corregí ya que Emmet me había estado mirando.
Ver a mi hija abrazar y llorar en el pecho de este hombre fue muy difícil para mí. No quería que nadie tocara o se acercara a mi hija. Ella merecía algo mejor. Debería haber vivido su vida lejos del desorden de este lugar y de estas personas.
—Dale un poco de agua —dije, rompiendo mi actitud fría.
Siempre me alejo cuando ella llora. Me mata por dentro verla sufrir.