—¿Quieres que lo despierte? —preguntó de nuevo, y negué con la cabeza antes de responderle.
—No, está bien. Le pediré a alguien más. Espero que te sientas mejor pronto. No tuve la oportunidad de hablar contigo antes, pero gracias, Jessica, por defenderme —dije suavemente, sintiéndome derrotada pero también... equivocada.
La forma en que actué alrededor de su compañero me hizo sentir descarada. Una rompehogares que se enoja cuando un hombre comprometido rechaza sus avances.
—Que duermas bien —añadí, y luego terminé la llamada, con lágrimas formándose en mis ojos mientras miraba la pantalla.
—¿Eh? —Penn despertándose me hizo frotarme rápidamente la cara con las manos, pretendiendo que no había estado llorando.
—¿Helanie? ¿Qué hora es? —preguntó, sentándose en la cama y frotándose los ojos.
—Todavía está oscuro afuera —respondí, sintiéndome tan baja.