Helanie:
—Norman, por favor —susurré desde detrás de él, rompiendo su atención mutua. Me sentí tan culpable que quería huir lejos de todos ellos.
—Increíble. Amenazando a tu hermano, el que afirmaste amar. ¿Es demasiado pedirte que al menos nos avises? —Kaye le apartó la mano de nuevo—. Está bien, nunca volveremos a hablar de ti o tu compañero otra vez. —Los ojos de Kaye se posaron en mí, y siseó, tomando una decisión que lastimaría a su hermano—. Pero déjame decirte un secreto: tampoco la rechazaremos. Todos juguemos con fuego —Kaye terminó, sorprendiéndome con lo enojado que estaba.
—Helanie —Norman extendió la mano y tomó la mía para mostrarle a Kaye que ninguna de estas cosas sobre mí le molestaban y que apoyaba la decisión de que podía amar a sus hermanos y a mí al mismo tiempo—, vamos a llevar a Maximus a casa.
Se lo dijo a Kaye, pero en el minuto en que dimos un paso hacia Maximus, Kaye se interpuso en nuestro camino.