—¿Mo Mingdao? —Qin Chen escuchó esto y pareció también haber pensado en algo, sonriendo de repente.
—Qin Wen, al escuchar este nombre, también mostró un atisbo de frialdad en su rostro.
—En unos días, será el cumpleaños número doscientos de Mo Mingdao.
—Como el Cuarto Rey Demonio bajo su mando, debo preparar un 'regalo' especial para él.
—De lo contrario, ¿no sería el hazmerreír de los demás?
—Una sonrisa astuta apareció en el rostro de Qin Wen.
—¿Regalo? El regalo al que te refieres, Padre, no podría ser matar a Mo Mingdao justo en su banquete de cumpleaños, ¿verdad? —Qin Chen hizo una pausa.
—Por supuesto que no.
—Con mi fuerza actual, todavía no soy rival para Mo Mingdao, así que necesito 'pedir prestado poder'.
—Más que matar a Mo Mingdao, tengo en mente un candidato mejor.
—Después de todo, es apropiado que el que da el regalo presencie la entrega de un presente —dijo Qin Wen con una sonrisa.
—¿Quieres decir...?