—Gracias por lo de ahora —comenzó Mon Tianran, tras un momento de contemplación, con la cara mostrando gratitud.
—Eres demasiado cortés, Hermano Mayor Mon. Abandonar a un amigo en un momento crítico no está en mi naturaleza —dijo Qin Chen con una sonrisa.
Mon Tianran también sonrió y asintió, sin decir mucho más ya que ya estaba bastante claro sobre el carácter de Qin Chen.
Su mirada vagaba, llena de curiosidad.
—Parece que este lugar también puede ser una tierra de oportunidades —observó Mon Tianran, sus ojos fijos en los tres pasajes adelante, con un destello de luz parpadeando dentro.
—Vamos —dijo Qin Chen con una sonrisa.
Habiendo dicho eso, tomó la iniciativa en el primer pasaje.
Qin Chen ya había utilizado la telequinesis para revisar estos tres pasajes y no encontró peligro, por eso se atrevió a entrar tan directamente.
Al ver esto, Mon Tianran lo siguió de cerca.
Entrando en el primer pasaje.