—Déjame ver.
Al escuchar las palabras de Wang Ye y sentir el aire a su alrededor, se creó una inmensa presión sobre Li Tianning, haciendo que evitase ofender a Wang Ye en el futuro, esforzándose por una relación armoniosa.
Li Tianning tomó el teléfono y lo examinó. Tras una mirada detallada, dirigió su mirada a Wang Ye y dijo,
—Esto no fue cosa nuestra. No teníamos idea al respecto. —La seriedad en el tono de Li Tianning era innegable. Wang Ye lo observaba atentamente, notando la sinceridad en los ojos de Li Tianning, que, aunque cargados de miedo, no mostraban intención de engaño.
—Bien, te creo.
Wang Ye pateó el hombro de Li Tianning. Debido a la presión emanada de Wang Ye que había instaurado un gran temor en Li Tianning, en el momento en que la mano de Wang Ye tocó su hombro, el cuerpo entero de Li Tianning no pudo evitar temblar violentamente.