En este momento, Zhong Feng parecía convertirse en un niño, debido a la alegría abrumadora.
Y en la sala de transmisión en vivo del País del Dragón, en cuanto se vio el júbilo de la multitud, se supo que el proyecto de Wang Ye había tenido éxito.
La sala de transmisión en vivo se inundó, en solo un momento, con mensajes de felicitaciones que cubrieron completamente la pantalla.
Y después del rugido de Zhong Feng, todos los mensajes se convirtieron en tres palabras:
—¡Creo!
—¡Creo!
—¡Creo!
Tras su exitosa conclusión, Wang Ye se levantó, sus pupilas negras reflejando la imagen de Zhong Feng, quien bailaba jubilosamente y hacía gestos. A pesar de su inigualable fortaleza y la distancia entre ellos, Wang Ye aún podía ver las lágrimas corriendo de los ojos de Zhong Feng mientras bailaba y saltaba de alegría.
Este hombre mayor había contribuido tanto al País del Dragón.