—¡Una persona sin modales, cómo puede ser apto para ser el jefe de la Mansión del Gobernador del Gobierno Provincial de Xijiang!
Una voz tras otra se levantaba, cada una con un sonido pleno y fuerte, sin embargo, se podía discernir una sensación de ancianidad y vicisitud en ellas.
Solo con escuchar, uno podía decir que estas palabras venían de la boca de algunas personas mayores.
Las cejas de Wang Ye se fruncieron ligeramente, una expresión de insatisfacción en su rostro, mientras los presentes también miraban alrededor, tratando de ver quién había dicho tales cosas.
Después de todo, este era un banquete ofrecido por Wang Ye.
En el País del Dragón, la reputación de Wang Ye era completamente buena, sin embargo, ahora, en su banquete, alguien hablaba mal de él, desafiándolo.
Naturalmene, todos los presentes se sintieron bastante disgustados. Querían escuchar exactamente de quién venían esas palabras.