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Wang Ye no necesitaba esperar más; con solo mirar a los ojos de los estudiantes que se quedaron, podía decir que ninguno de ellos quería irse. Todos planeaban quedarse.

Con la fuerza de un Pico del Maestro Marcial de Segundo Rango como Wang Ye, una sola mirada era suficiente para ver claramente la determinación en los ojos de cada estudiante.

Durante estos cincuenta minutos, un total de treinta y siete estudiantes se fueron, dejando a dos mil cincuenta y seis estudiantes.

Aun así, Wang Ye todavía esperó otros diez minutos.

Como había anticipado Wang Ye, durante estos diez minutos, no se fue ni una sola persona. Todos los estudiantes habían decidido quedarse aquí.

Wang Ye sonrió.

Habló a los estudiantes:

—De hecho, con cincuenta minutos ya sabía que nadie se iba a ir.

—Porque la mirada firme en cada uno de sus ojos, la vi toda.

—Puedo decir lo que todos estaban pensando.

—A todos los que han decidido quedarse, quiero decirles algo, que también es un regalo para ustedes.