—Compórtate, tu verdadera forma no parece ser la de un Gran Ojo dorado.
—Wang Ye reprendió, y envió otra ola de sentido divino directamente al Gran Ojo dorado que constantemente luchaba en su mano, haciéndolo sentir como si estuviera siendo atravesado por mil flechas a la vez.
Doloroso.
Este dolor hizo que el Gran Ojo dorado no se atreviera a luchar más, sino que se comprometiera en las manos de Wang Ye, permitiéndole observarlo de cerca.
A través de la imagen fantasma del Gran Ojo dorado, Wang Ye parecía ver en medio del caos, un cuchillo flotando dentro.
El cuchillo era completamente negro como la tinta, pero emanaba un aura helada y peligrosa, y en él estaban inscritas las palabras «Cuchillo Qilin de Tinta».
—Cuchillo Qilin de Tinta, tu verdadera forma, ¿es un arma?
Wang Ye retiró su explorador sentido divino y miró el Gran Ojo ante él.