No se lo diremos

Talia pasó su mano por su cabello mientras se miraba una vez más en el espejo antes de agarrar un bálsamo labial.

Abriendo la tapa, se lo aplicó lentamente en los labios, los cuales se curvaron en una sonrisa antes de lanzarlo a su bolso y dirigirse fuera de su suite.

En su camino, llamó a Jephthah.

—Estoy saliendo. ¿Dónde estás? —preguntó ella.

—Estoy en la entrada. El Lexus de Ann —respondió Jephthah.

—Está bien —simplemente respondió antes de colgar. Sin embargo, se tropezó con Maddy Belle en su camino fuera de los pasillos, el teléfono se cayó al suelo, junto con el de ella.

—Sabía que de alguna manera estabas discapacitada, pero no sabía que eras ciega —se burló Maddy mientras Talia se agachaba para recoger su teléfono, pero la risa burlona en su rostro se congeló cuando vio que acababa de terminar una llamada con alguien llamado Jephthah con un emoji de corazón al lado.