—¿Qué tal lo hice? —preguntó Naomi, emocionada.
—Bien —asintió Axle—. Me alegra que hayas dominado tus habilidades de control del aire y del fuego, pero otra cosa es usarlas simultáneamente sin alterar sus respectivas posiciones en tu energía interna.
Naomi frunció el ceño ligeramente.
—Vale... ¿cómo hago eso? —Naomi frunció el ceño ligeramente.
—Hemos estado entrenando todo el día —Axle propuso—. Creo que deberíamos posponer esta sesión hasta mañana.
—¿Estás cansado? —Naomi preguntó, un poco decepcionada de que pospusieran hasta mañana.
No muy lejos se oyó el chirrido de un coche y las mujeres dirigieron la mirada simultáneamente hacia el Bentley continental aparcado a unos metros de distancia.
—Daniel —llamó Naomi cuando reconoció la familiar masa de rizos negros brillantes asomando desde el coche.
—Hola —saludó él, al acercarse, con Barton a su lado, saludando con la mano. Ella sintió las rodillas debilitarse al ver su sonrisa dirigida a ella.