—Wan Rou, lo siento —contestó Qin Hao por teléfono.
—Ya lo sé, Xu Siyao me lo ha contado todo —sonrió y dijo Du Wanrou.
—Lo siento, Wan Rou —dijo Qin Hao.
Du Wanrou no había esperado que este día llegara tan pronto, la primera lección sobre nobleza que le enseñó Sophie Inshill fue: Mujer.
En cuanto a hombres como Qin Hao, Sophie se lo había dejado claro: es muy encantador y atraerá a muchas mujeres hermosas.
Debes estar mentalmente preparada.
Solo habían pasado unos días y ya había un incidente con Xu Siyao.
Al escuchar la voz de Qin Hao, pudo detectar ese tipo de culpa y tormento sinceros.
Du Wanrou tenía innumerables pensamientos en su mente y había pensado en dejar a Qin Hao.
Pero la idea de dejar a Qin Hao le daba una sensación de asfixia.
—Está bien, no tienes que culparte demasiado, pase lo que pase no te dejaré —sonrió y dijo ella.
Esta era la mejor solución en ese momento, aunque se sentía muy incómoda, tenía que aceptar este hecho.