Fan Ruobing miró el collar de diamantes en forma de copo de nieve, un destello de adoración en sus ojos.
—Este es un collar de diamantes en forma de copo de nieve, déjame ponértelo —dijo Qin Hao con una sonrisa.
Después de hablar, cuidadosamente colocó el collar en Fan Ruobing —Combina perfectamente con tu temperamento, como si este diamante de copo de nieve hubiera sido hecho solo para ti.
—Es caro, ¿verdad? ¿Cuánto? —Fan Ruobing en efecto lo apreciaba mucho, preguntó.
—Más de diez millones, ¿no es ganar dinero para vivir una vida mejor? —Después de decir eso, Qin Hao abrió varios otros estuches que contenían tachuelas de diamante y anillos, los cuales puso en Fan Ruobing uno por uno.
Fan Ruobing los miró y luego se inclinó para besarlo.
Para ser honesto, Qin Hao se sentía algo culpable hacia ella, ya que rara vez visitaba a Fan Ruobing, pero ella nunca se quejaba.