Despierto es Mejor

Sus ojos parpadearon abriendo soñolientos mientras el sonido de un pájaro afuera de la ventana la despertaba del sueño. Las baldosas grises moteadas que vinieron a enfocarse arriba le recordaban que todavía estaba en una habitación de hospital.

Ashleigh suspiró, levantando su brazo para descansar sobre su frente. Cerró sus ojos, preguntándose si sería posible volver a dormir.

Los fríos ojos de Caleb inundaron su mente. Jadeó y miró de nuevo alrededor de la habitación.

—Despertar. Mejor despierta —pensó para sí misma.

—Hey... —una voz llamó desde la puerta.

Ashleigh se giró para ver a Bell sonriente entrando a la habitación.

—Hey —Ashleigh devolvió la sonrisa.

—¿Cómo estás? —preguntó Bell mientras se acercaba a estar al lado de la cama, inmediatamente comprobando el pulso de Ashleigh.

—Estoy bien, supongo —Ashleigh suspiró.

—¿Supones? —preguntó Bell—. ¿Qué pasa? ¿Te duele algo?