¿Qué hay de diferente?

Meditación. Entrenamiento. Privación sensorial.

Ashleigh había pasado la semana después de la luna llena intentando diferentes tácticas para tratar de llegar a la valquiria dentro de sí con el fin de aprender a controlar el poder.

Pero todo lo que había intentado falló.

Tomó otra respiración profunda mientras trataba de centrarse y enfocarse en el poder interior. Pero cuanto más lo intentaba, más frustrada se sentía.

Dejando escapar un gruñido bajo, agarró el pequeño reproductor de música que tenía al lado y lo lanzó contra la pared.

—¡Vaya!

Ashleigh soltó un gasp y se giró con los ojos bien abiertos hacia la voz de la puerta.

—¡Lo siento mucho! —exclamó—. ¡No sabía que estabas ahí!

—Está bien —Galen se rió—. Ni siquiera me golpeaste.

Ashleigh se puso de pie.

—Perdón…

—No necesitas disculparte, mi Luna —Galen se tocó el corazón y se inclinó.

Ashleigh sonrió y luego suspiró.

—Todavía no —dijo ella.

Galen la miró con el ceño fruncido.