—Ashleigh —llamó Corrine.
Ashleigh se volteó para unirse a su madre y a Fiona.
—¿Qué estamos haciendo aquí? —preguntó Ashleigh.
—Presentándote a tu Luna —sonrió Fiona.
—Cada manada tiene un lugar sagrado, una ubicación con la que la Luna siente una fuerte conexión —agregó Corrine—. En Invierno, ese lugar es Descanso de Lily.
—Para Verano —dijo Fiona—, es justamente aquí. El mismo lugar al que te sentiste atraída hace todos esos meses.
Corrine sonrió.
—Pero no siento nada diferente aquí —cuestionó Ashleigh.
—En realidad, quizás no sientas nada todavía —dijo Corrine—. Técnicamente, hasta que no hayas conocido a tu Luna y os hayáis aceptado mutuamente, no eres una de nosotras.
Ashleigh frunció el ceño.
—Pero, no entiendo —dijo—. Cuando Axel se convirtió en Alfa, todo lo que tuvo que hacer fue hacer un voto a la Diosa, y se hizo. ¿Entonces por qué convertirse en Luna es más complicado?
—Siempre es más difícil ser mujer —Fiona encogió de hombros.