Caleb apretó la mandíbula y sujetó el teléfono en su mano con tanta fuerza que la carcasa de plástico comenzó a romperse.
Tomó una respiración profunda por la nariz y lentamente la soltó entre los labios.
—¿Cómo es que recién me entero de esto? —dijo con un tono subyacente de ira.
Galen suspiró en el otro extremo de la línea.
—Lo siento. Sé que me excedí.
—¿Crees? —gruñó Caleb.
—Sabiendo cómo Ash— —Galen comenzó a responder pero lo pensó mejor— cómo se siente nuestra Luna sobre el tema de Alicia y cualquier posible conexión con ella. Quería confirmar algunos de los datos antes de presentártelos.
Caleb suspiró. Galen no estaba equivocado sobre cómo reaccionaría Ashleigh.
—Me disculpo, mi Alfa —dijo Galen.
Caleb prácticamente podía oírlo bajando la cabeza al otro lado de la llamada. Sintió un remordimiento en el pecho.