—Voy a quedarme por unos días —dijo Caleb—. Sé que Galen se atrasó un poco en configurar el sistema de seguridad debido a algunas complicaciones en la frontera del sur. Pero puedo ayudarlo a poner todo en orden. Así que solo serán unos días hasta que esté funcionando en lugar de otra semana o dos.
—Gracias —asintió Axel—. Roman tal vez no pueda entrar en Invierno, pero garantizo que eso no lo detendrá de enviar a cualquiera que pueda para venir por Bell.
—¿Estamos seguros de que no puede volver? —preguntó Caleb.
—Si lo dijo una Sacerdotisa, entonces es una garantía —respondió Corrine.
Caleb asintió, aceptando su palabra. Él solo había escuchado lo que Ashleigh había dicho sobre las Sacerdotisas.
—Entonces, ¿qué sabemos sobre Román, de todos modos? —preguntó Caleb.
—Él es el compañero de Bell —dijo Corrine.
—Y el hijo de Tomas —añadió Wyatt.
—¿Qué? —preguntó Caleb. Esto era la primera vez que lo escuchaba.
Wyatt asintió.