La distancia que existía entre ellos

Se sentaron junto a las rocas. Guardaban silencio, el arroyo a su lado llenaba el silencio.

—Esto es... incómodo —comentó Axel.

—Sí... —sonrió Ashleigh—. No estoy realmente segura de cómo comenzar esta conversación.

—Solo di lo que quieras decir, Ash —suspiró Axel.

Ashleigh lo oyó en su voz, el cansancio, el dolor. Se tragó el nudo en su garganta.

—¿Sueñas con ella?

—Casi todas las noches —respondió Axel después de un momento.

—¿Hablan? En tus sueños, quiero decir. ¿Tienen conversaciones?

Axel negó con la cabeza.

—Principalmente, solo recuerdo el tiempo que pasamos juntos —suspiró Axel—. O, tengo pesadillas sobre lo que podría estar experimentando.

Lo último lo dijo Axel con preocupación, y luego desvió la mirada. Ashleigh frunció el ceño.

—¿Quieres decir lo que podría estar haciendo a las personas? —preguntó ella.

Él cerró los ojos y respiró hondo.

—No —dijo él—. Lo que la gente podría estar haciéndole a ella.