Se abrazaron durante mucho tiempo.
Continuando hablando sobre sus sentimientos, la honestidad y la comunicación, Alicia le contó a Axel sobre el laboratorio. Sobre su tiempo allí y el recuerdo que había exigido su regreso.
Le dijo que sabía que Holden vendría por ella, que siempre la encontraría.
Axel la miró con cariño. Holden era un monstruo, y ella lo sabía mejor que nadie. Pero todavía era su padre. Así que no podía evitar preguntarse cómo tomaría la noticia.
—Alicia —dijo, alcanzando y colocando su mano suavemente en su mejilla—. Hay algo que necesito decirte.
Alicia se inclinó hacia su mano y sonrió cálidamente.
—¿Qué es? —preguntó.
Axel tomó una respiración profunda.
—Cuando me enteré de que habías despertado, Caleb y yo estábamos en el laboratorio —dijo.
Alicia se sentó y lo miró.