Ashleigh dudó pero apresuró a los niños a salir por la puerta, la cual se cerró tras ellos con un fuerte golpe.
Alicia y Holden se quedaron completamente solos.
—¿Te sientes mejor contigo mismo? —preguntó Holden—. ¿Por haberlos salvado?
—No tiene nada que ver conmigo o cómo me siento. Es simplemente lo correcto hacer.
Holden rió y luego suspiró.
—Tenemos que irnos —dijo él—. No me refiero solo al laboratorio; necesitamos dejar esta parte del mundo. Empezar de nuevo en una de las manadas europeas.
Alicia se rió.
—No pienso ir a ningún lado contigo —dijo ella.
Holden gruñó.
—Este no es momento para juegos, Alicia. Has causado muchos problemas. Ahora, la gente quiere verte muerta, gente peligrosa.
—Siempre ha habido gente que me ha querido muerta —respondió Alicia—. Tú me hiciste hacer muchas cosas horribles.
Holden gruñó y se acercó a Alicia.
—He recibido órdenes, Alicia —dijo él—. Se supone que debo matarte o entregarte a Román.