—¡Axel! —gritó Ashleigh mientras corría al lado de su hermano.
—Ash... —respondió Axel con un gruñido—. Estoy bien, estoy bien.
—¡Alfa! —un hombre llamó desde cerca cuando vio a Caleb—, hemos matado a los rezagados, pero varios se escaparon.
—¿Tienes un médico contigo? —preguntó Caleb.
Uno de los hombres avanzó sosteniendo su botiquín médico, y Caleb lo dirigió hacia Axel.
Ashleigh tiró de la camisa de Axel; la sangre estaba por todo su cuello y clavícula, pero solo podía ver una herida. Un corte profundo sobre la clavícula con seis marcas alrededor.
—¿Qué diablos pasó? —preguntó ella.
Axel frunció el ceño mientras pensaba por un momento.
—Esto podría ser la pérdida de sangre hablando... pero creo que fui atacado por una rana gigante chupasangre...