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—¿Qué haces aquí, Alicia? —Peter suspiró, apretando la mandíbula al escuchar el nombre 'Petey'.

—Qué recibimiento tan frío —respondió Alicia, fingiendo ofensa.

Peter inclinó la cabeza y levantó una ceja con sospecha.

—No eres divertido —suspiró Alicia.

—Es lo que he oído —respondió Peter, haciendo un gesto para que Alicia entrara en su casa—. Entonces, de nuevo, ¿qué haces aquí?

—Ya sabes, Petey —Alicia sonrió, notando la mandíbula apretada de Peter—. Eres directo. Me gusta eso.

—¿Qué pasa? —preguntó Bell al levantarse de su lugar en el sofá.

—Alicia está a punto de decirme por qué está tocando a mi puerta —respondió Peter, mirando hacia Alicia.

—Petey, voy a ser muy honesta contigo —sonrió Alicia—. Tengo exactamente cuatro personas en este mundo que me importan. Hay otras a las que cuido por extensión de esas personas... pero en realidad, verdaderamente, solo son cuatro. Así que, si alguien lastima a uno de esos cuatro, vendré a tocar la puerta de alguien.