Ashleigh se quedó sorprendida por las palabras de Alicia.
—¿Qué? —dijo—. ¿Quieres... pelear conmigo?
Alicia se rió entre dientes.
—¿Por qué no? —dijo con una amplia sonrisa—. Quieres pelear con todos.
—No, no quiero.
—Sí lo haces —replicó Alicia con un asentimiento.
—No —repitió Ashleigh—, no quiero.
Alicia frunció la nariz y encogió los hombros.
—Definitivamente sí quieres.
Ashleigh apretó la mandíbula.
—Sabes Alicia, mi hermano me pidió que dejara de pelear contigo. Pequeña o grande, solo quería que mantuviera la paz, y estoy intentándolo. ¡Pero tú lo estás haciendo increíblemente difícil en este momento! —Ashleigh gruñó.
—Hago lo mejor que puedo —sonrió Alicia con una ligera inclinación de cabeza.
Ashleigh tomó una respiración profunda, apretando sus manos en puños.
—No voy a pelear contigo, Alicia —dijo entre dientes apretados—. Estamos trabajando juntas en una misión importante; no tenemos tiempo para tus ridículos juegos.