CAPÍTULO 297
~Perspectiva de Ella~
El día siguiente se sintió como un torbellino de nervios y dudas. Ares era imposible. Era arrogante, encantador sin pedir disculpas y extremadamente bueno para sacarme de mis casillas.
Pasé la mayor parte de la mañana convenciéndome de que cenar con él era un error. Que debería llamar y cancelar. Que no era una tonta ilusionada lista para caer de nuevo en su sonrisa y palabras seductoras.
Y sin embargo, cuando el reloj marcó las seis, me encontré frente a mi armario, mirando un montón de atuendos rechazados en mi cama.
—¿Qué estás haciendo, Ella? —murmuré para mí misma, tirando del dobladillo de un elegante vestido negro que finalmente había escogido.
Era sencillo pero favorecedor, el escote lo suficientemente atrevido como para hacer una declaración sin parecer que estaba intentando demasiado.
No podía dejar que él pensara que había pasado todo el día preparándome, aunque eso estuviera vergonzosamente cerca de la verdad.