Un hombre peligroso

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CAPÍTULO 325

~Punto de vista de Zara~

La siguiente mañana, estaba sentada en la barra de la cocina, con los dedos rodeando una taza humeante de café, pero no estaba bebiendo.

Miraba al vacío, mis pensamientos aún dispersos. La visión que tuve—la Luna Creciente Espinada, la Clave Sombra, Kent Wayne—nada de eso me cuadraba bien.

Era un rompecabezas con piezas faltantes, y cuanto más pensaba en ello, más frustrada me sentía.

Quizás debería visitar a la única persona que sabe tanto sobre todo esto.

La única persona que, desde el comienzo de todo, lo sabía y cómo protegerme.

Mi madre.

—Debería decírselo, ¿verdad? —murmuré, rompiendo el silencio aunque no hubiera nadie aquí. —Pero por otro lado, no debería.

—¿Por qué no deberías? —resopló Astrid en mi mente.

—Porque ella no merece saber que el hombre al que amó tanto tiempo es un traidor.