CAPÍTULO 398
Punto de vista de Zara
Entré en la entrada de Ella, exhalando profundamente antes de salir del coche. Había pasado mucho tiempo desde que la había visitado, y después de todo lo que había pasado, la necesitaba ahora más que nunca.
También necesitaba revisar su salud.
Toqué el timbre, y en segundos, la puerta se abrió de golpe. Ella estaba allí con un suéter suelto y leggings, su cabello recogido en un moño desordenado. Sus ojos se iluminaron con sorpresa antes de suavizarse.
—Zara —susurró.
—Hola.
No dudó. Agarró mi brazo y me arrastró adentro, cerrando la puerta tras de mí.
—Ya era hora de que aparecieras —murmuró, llevándome hacia el sofá—. Estaba empezando a pensar que me estabas evitando.
Suspiré mientras me sentaba, pasando una mano por mi cabello.
—No te evitaba. Solo... lidiando con las cosas.
Ella se dejó caer en el asiento a mi lado, metiendo las piernas debajo de ella.
—Por eso deberías haber venido antes. Entonces, cuéntame. ¿Qué está pasando?