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CAPÍTULO 458
~Punto de vista de Zara~
Snow gruñó junto a mí, pasándose una palma por la cara. —Le dije que no sorpresas.
—Parece que tu mamá no recibió el memorando —me reí, empujando su brazo—. O eligió ignorarlo a propósito.
Cuando cruzamos las puertas, el SUV disminuyó la velocidad, luego se detuvo frente a la grandiosa casa de la manada.
La mansión apareció a la vista, hermosa y encantadora, pero nada de eso captó mi atención.
No. Lo que sí lo hizo… fue la mujer parada en la cima de los primeros tres escalones que llevaban a la entrada de la casa—Luna Estrella.
Su largo abrigo blanco ondeaba detrás de ella con la brisa, su grueso cabello trenzado sobre un hombro, majestuosa como siempre. Pero sus ojos—esos ojos afilados y deslumbrantes—brillaban con lágrimas que aún no habían caído.
No estaba sola. A su lado estaban tres ancianos de la manada, y justo un poco aparte, alto y fuerte como la montaña, estaba Alfa Tormenta.