******************
CAPÍTULO 463
Punto de vista de Zara
El cielo aún estaba pintado de un amanecer pálido cuando salí al aire fresco de la mañana detrás de la mansión de Nieve.
Los campos de entrenamiento se extendían amplios y abiertos, envueltos en una ligera neblina mientras el rocío aún se aferraba a la hierba.
Mis botas presionaron la tierra blanda, y por un momento, simplemente me quedé allí, respirando, conectándome con la tierra.
Siona ya me estaba esperando, vestida con una túnica larga y oscura y unos leggings. Sus mangas estaban arremangadas, y sostenía un bastón de madera con runas antiguas talladas a lo largo de su longitud. Su cabello estaba trenzado firmemente hacia atrás, su postura quieta y enfocada.
—Llegaste temprano —dije.
—Tú también —respondió, sus ojos entrecerrándose ligeramente—. Bien. Necesitarás cada minuto.
Me acerqué a ella lentamente.
—Entonces, ¿por dónde empezamos?