El nuevo mundo (cap3)

-¡Oh, por Dios!.

Morgan no podía creer lo que estaba viendo. Sus manos eran pequeñas y frágiles, de un color rosado. Volteó la cabeza y pudo ver que ahora también tenía una cola alargada y de color rosado de igual manera. Poniendo un poco más de atención a sus manos, notó que tenía unas marcas extrañas en cada uno de sus 10 dedos, similares a tatuajes. Él, algo confundido e impactado, comenzó a nadar desesperadamente en todas direcciones, hasta que, por descuido, se impactó con algo. Morgan comenzó a sobar su cabeza por el dolor del golpe.

-¡Auch!.

(Dijo Morgan, bastante adolorido.)

Morgan levantó la mirada para ver con qué se había impactado y pudo notar que era un gran espejo hecho de oro, con un emblema que desconocía. Vio su reflejo y confirmó sus sospechas: ahora tenía la apariencia de un ajolote. Morgan tocó el espejo con su pequeña mano y analizó su figura detenidamente, una y otra vez. Pudo ver que, un poco más abajo de su cuello, se encontraba un símbolo similar al del collar que su papá le había regalado en su fiesta de cumpleaños, antes de morir.

-¿Qué es esto?.

(Dijo Morgan, bastante confundido.)

Morgan se dio cuenta de que en una de sus branquias tenía un adorno que la envolvía. El logró reconocer dicho adorno.

-¿Este no es el adorno que me regaló la doctora Nilah?.

(Dijo Morgan, aún más confundido.)

Morgan comenzó a alejarse lentamente de su reflejo y a nadar una vez más, pero esta vez más tranquilo. Nadó y nadó sin tener un rumbo fijo y sin decir ni una sola palabra. Después de nadar durante horas, finalmente anocheció. Cansado, Morgan comenzó a buscar un lugar en donde dormir. Por suerte, pudo ver que en uno de los rincones de ese río, que parecía infinito, había unas rocas que formaban una cueva. Morgan, bastante cansado, se adentró en ella y se recostó.

Pero cuando estaba a punto de quedarse dormido, pudo ver una luz que se reflejaba en el río con gran intensidad. Morgan, curioso, salió a investigar qué era. Nadó hacia arriba hasta llegar a la superficie del río. Cerró los ojos, sacó un poco la cabeza y, al abrirlos, se maravilló al ver el cielo nocturno, el cual, al estar libre de todo tipo de contaminación, dejaba deslumbrar todo el vasto cosmos en su firmamento. Entonces, se dio cuenta de que esa intensa luz provenía de la luna.

La luna se alzaba como un farol de plata suspendido en el vasto lienzo negro del cielo.

-Qué hermoso.

(Dijo Morgan, estupefacto.)

Morgan se quedó un poco más contemplando esta hermosa escena. Después de un rato, volvió a introducir su cabeza en el río y se sumergió hasta llegar a la cueva hecha de piedras que había encontrado. Se adentró en ella y, una vez más, se recostó para dormir. Pero mientras intentaba dormir, la melancolía se apoderó de él, ya que empezó a recordar a su madre, a su padre, a su hermana, a la doctora Nilah, a sus amigos y a todos los que había conocido en su mundo anterior.

Morgan tomó una pequeña roca, la abrazó con sus pequeñas manos y la presionó contra su pecho, comenzando a llorar.

-Mamá, ¿puedes cantar una canción?.

(Dijo Morgan mientras lloraba.)

Morgan lloró y lloró, hasta que finalmente se quedó dormido.

-¡Flammaros, Flammaros, FLAMMAROS!.

Estos gritos despertaron a Morgan, quien, curioso, decidió nadar hacia la superficie para ver quién estaba gritando esa palabra. Morgan sacó la cabeza sigilosamente y pudo ver a una joven de cabello rojo vino, que tenía las manos extendidas y no paraba de gritar esa palabra.

-¡FLAMMAROS!.

La joven gritó una vez más, y de sus manos salió una pequeña y débil flama.

-¡Lo logré, lo logré!.

(Gritó la joven de cabello rojo.)

La joven parecía bastante emocionada, ya que comenzó a saltar de alegría y a festejar. Mientras tanto, Morgan, quien la vigilaba en silencio desde el río, estaba totalmente confundido, ya que no sabía qué estaba sucediendo. La joven, mientras bailaba y festejaba, logró darse cuenta de la presencia de Morgan y lo comenzó a mirar fijamente. Él, al darse cuenta de que había sido descubierto, solo pudo decir una palabra:

-Oh, no.

Fin del capítulo.

Próximo capítulo: Mi primer encuentro en el nuevo mundo.