Con el nombre de Kuroba establecido, la organización comenzó a expandirse rápidamente. Espia y los Seis Espadas trabajaban día y noche para reclutar nuevos miembros y establecer alianzas con otras organizaciones clandestinas.
Ryker, el ex-soldado, se encargó de entrenar a los nuevos reclutas en las artes de la guerra. Lila, la hacker genial, trabajaba en crear un sistema de comunicación seguro para la organización. Akira, el asesino silencioso, se encargó de eliminar cualquier amenaza potencial que pudiera surgir. Maya, la científica brillante, trabajaba en crear armas y tecnologías avanzadas para la organización. Jin, el luchador callejero, se encargó de proteger a los miembros de Kuroba en las calles. Y Zara, la estratega militar, planificaba y ejecutaba misiones para expandir el territorio de Kuroba.
Aria, quien había sido una gran ayuda para espia desde el principio, se convirtió en su mano derecha. Juntos, trabajaban en establecer alianzas con otras organizaciones clandestinas y expandir el territorio de Kuroba.
En solo unos meses, Kuroba había crecido hasta tener más de 500 miembros. La organización había establecido alianzas con varias otras organizaciones clandestinas y había expandido su territorio hasta abarcar varias ciudades.
Espia estaba satisfecho con el progreso que habían hecho. Sabía que todavía había mucho trabajo por hacer, pero estaba confiado en que Kuroba podría lograr grandes cosas.
Un día, mientras estaban reunidos en la fortaleza, espia anunció que era hora de tomar un nuevo paso hacia adelante. "Es hora de que nos hagamos conocer", dijo. "Es hora de que mostremos al mundo lo que somos capaces".
Los Seis Espadas asintieron en acuerdo. Sabían que esto significaría un gran riesgo para todos ellos, pero también sabían que era necesario si querían lograr sus objetivos.
Y así comenzaron los planes para llevar a cabo una misión audaz...