DÉCIMO OCTAVA NOCHE.

- Chicos, esta fase crítica dura entre tres a cuatro días, dependiendo de las heridas pero de igual manera hay que tener cuidado, la mente se vuelve muy inestable.

- Yo puedo venir después de clases en la moto todos los días a ver a Luz, además, tengo que terminar de esconderla

- Está bien Jorge, pero si ves algo que ha cambiado, me avisas de inmediato, yo trataré de venir en algún momento, de todas maneras, mañana tráete unos guantes, que vas a terminar con las manos destrozadas y una pala o algo así

- ¡Pero mamá!, ¿piensas venir sola por acá?

- No me va a pasar nada, pero si vengo una tarde, puedes acompañarme. Paula, la idea es monitorizar los signos vitales de Luz.

- ¡Voy a faltar a clases!

- ¡No hagas locuras!, vámonos mejor que ya está oscureciendo

Ya en casa, Lina medita sobre su situación con su marido.

- Esta situación se está saliendo de control, Luz está allá botada sola, en cualquier momento la pueden descubrir, también los aimos pueden llegar acá en cualquier momento, Paula está mal... ya no puedo contar con nadie, creo que llegó la hora de volver a Madiere, siempre tuve la impresión que en cualquier momento tendría que volver allá por alguna razón, no quise pensar en eso pero ya ves, no sé qué situación hay ahora pero si me quedo y me hago la tonta, ellos vendrán hasta acá... qué diablos, por ahora voy a tener que salir a defenderme yo sola, no soy una guerrera ni soldado, sólo soy una científica con formación de monja, ojalá mis años de vida sirvan para salir de esta situación, Dieter... así están las cosas.

Paula, quien escucha a escondidas la conversación, llora en silencio.

- Mi hermana Nelda era sorprendente, a diferencia de mí ella tenía un dominio del poder de concentración muy fuerte, antes de instalarme definitivamente en La Tierra, hacía frecuentes viajes de investigación al espacio desde Madiere para hacer trabajos de biología espacial, los primeros viajes fueron en el espacio cercano, pero cada vez hice viajes más largos y distantes, me di cuenta que así me mantenía al margen de la política madeliana y sobretodo, lejos de Rishmondie. Te digo que mi hermana Nelda era sorprendente porque en esos viajes ella podía comunicarse conmigo de manera telepática a pesar de las enormes distancias que nos separaban, pero cuando alcancé la Tierra, ya me encontraba demasiado lejos de Madiere y perdí el contacto con ella y con cualquier otra hermana del monasterio.

Es tarde en la noche, la neblina baja sobre la ciudad mientras en el lejano escondite el capullo sumido en la oscuridad permanece a resguardo, dentro de él, la mente de Luz hace un viaje al pasado, un pasado de escenas tristes y dolorosas que ella selló y borró de sus recuerdos y que ahora vuelven a surgir.

~ O ~

- Hasta llegar a La Tierra no conocía el concepto de parentesco, ni menos el de madre, para mí hasta ahora Nelda era mi progenitora pero aún así ella tenía un trato especial hacia mí, tan cálido y dulce a pesar de ser una mujer severa, seguramente ahora que con los humanos entiendo muchas cosas, podría decir que tal vez Nelda tenía lo que llaman acá, instinto maternal. Pero a la vista de todo lo que he observado desde que llegué, es evidente que desde que mi mamita cerró sus ojos, todo se ha vuelto una sarta de engaños y mentiras. En ese momento lo ignoraba pero ella ya estaba muerta… ¿valdrá la pena vivir una vida así?

Luz recuerda las primeras lecciones de control de la concentración de Nelda, quien era la mejor en el control del aura en el monasterio, aún cuando Luz era muy pequeña cuando empezaron.

- Querida hija Nélide, me temo que nuestro tiempo juntas será poco por lo que cada minuto que podamos compartir las dos es muy valioso, entre mis obligaciones en el monasterio y mi nuevo cargo en el gobierno, pero necesito dejarte todo lo que sé, por lo que como sea me haré el tiempo para estar contigo.

En ese momento no entendía lo que ella quiso decir, pero ahora comprendo que quiso dejarme todo su legado a mí, como hija y discípula, lo máximo que podía dar por que sabía que la vida se vendría difícil... ese tiempo con mi madre fue maravilloso, desde muy pequeña me adiestró en el manejo del poder de concentración, eso me hizo una alumna aventajada dentro del monasterio, pero esos días de alegría se terminaron cuando mi madre enfermó, a partir de ahí las cosas cambiaron para siempre. La madre Amethys fue muy gentil conmigo en ese momento:

- Nélide, a partir de ahora yo estaré a cargo de ti, lamento mucho lo que le sucedió a la superiora Nelda pero a partir de ahora haré todo lo posible para que sea trasladada a un hospital particular, ya que no está muy a nuestro alcance, sólo espero que se recupere pronto. Ella me alcanzó a platicar de su empeño por que aprendas rápidamente el poder de la concentración por lo que mantendré la promesa que le hice, hija mía, de continuar con las lecciones, es cierto que ella tenía un poder incomparable, pero las bases del dominio de la concentración son las mismas y a partir de ahí todo va en el esfuerzo y talento del aprendiz.

De esta manera la superiora Amethys se hizo cargo de los cuidados de Luz, es en ésta época que incorpora a una ayudante a sus lecciones, la monja Dabriánide, quien solo es algo mayor que Luz pero que ya tiene talento para manejar el poder de la concentración. Pero a pesar de los rezos y las esperanzas de las chicas, no llegaban buenas noticias desde la clínica, tampoco Amethys conseguía tener éxito en trasladar a Nelda desde el hospital del cuerpo de defensa. Al pasar de un año las esperanzas de Luz se iban convirtiendo en angustia, sus hermanas monjas tuvieron que redoblar esfuerzos para distraerla con las lecciones, en eso Luz comprendió que no podía distraerse de su empeño que un día le prometió a su madre. Al recordar en retrospectiva todos estos sucesos Luz no pudo evitar llorar...

- ¡Claro, en esos días ignoraba la realidad de mi mamá Nelda y me aferraba como una tonta a la posibilidad de volverla a ver sana!

Así la mente de Luz iba viajando por sus momentos más penosos, es así que saltamos al día en que fue sacada del monasterio como reclutamiento forzoso por soldados del cuerpo de defensa por orden de la general Rishmondie, nadie entendía nada, pero el argumento fue la alarma de guerra por las tensiones con la raza de los aimos. Todas las monjas se opusieron pero las soldados amenazaron con clausurar el monasterio y llevar detenidas a todas, en el momento en que Luz era esposada y llevada una monja trató con vehemencia evitar el hecho pero fue detenida por desobediencia hacia la autoridad, era Dabriánide.

Al salir del monasterio, Luz y Dabriánide fueron separadas. Luz fue llevada a un recinto militar, un lugar completamente desconocido para ella, con mucho miedo sin saber qué esperar ya que nadie le dió ninguna explicación del rapto, el viaje fue muy áspero, todas las soldados en silencio, cuando Luz intentó preguntar algo sólo fué ignorada y cuando insistió en preguntar fue apuntada con un arma lo que casi le provoca pánico. Finalmente al llegar habían unas oficiales discutiendo.

- ¡Eso que acaban de hacer roza la ilegalidad, no pueden actuar así ya que prácticamente cometieron un secuestro, quién es el responsable!

- Mi capitana Hayned, son órdenes directas de la general Resmondie

- ¿Es que acaso no entiende la general la irresponsabilidad de lo que acaba de hacer?... ¡A partir de ahora yo me haré cargo de ella!

- ¡Pero capitana!

- ¡Esto ya no es problema de ustedes, yo conversaré con la general!

- ¡Si señora!

En eso la que discutía con las soldados se acerca a Luz y ordena que le quiten las esposas.

- Disculpa, esas soldados son unas brutas que no saben tratar a la gente, soy la capitana Obershdere Hayned y me encargaré que tengas un mejor trato, dime niña, cómo es tu nombre

- D... Dhorshkoneshdie Nélide...

- ¡Un gusto recluta Nélide!, creo que según la norma de reclutamiento no podré devolverte pronto al lugar donde perteneces, además hay órdenes superiores para que permanezcas acá, lo siento, pero al menos me encargaré de que tengas un buen trato... ¡Soldado Miriyade!, lleve a la recluta Nélide al cuartel número 5

- ¡A la orden!

- No te preocupes, Nélide, yo en unos minutos iré allá también para mostrarte las instalaciones.

- Gra... gracias..., capitana, quiero pedirle un favor, cuando fui traída detuvieron también a una monja por oponerse a mi reclutamiento, se llama Dabriánide, si pudiera informarme de la situación de ella.

- No te preocupes, estaré al tanto de eso y te avisaré lo que suceda… Dhorshkoneshdie… esta niña pertenece a la casta de Dhorshkone

Luego ya a solas, la soldado Miriyade se presenta a Luz

- ¡Así que tú eres la nueva!, soy Miriyade, recuérdalo y ahora ven conmigo...

- Hola…

- ¡Hey, soy tu superiora, saluda como corresponde!

- B… buenas tardes… superiora

- Mucho mejor. Esa capitana Hayned es una impertinente, no me agrada ya que insiste en cuestionar la jerarquía, pero lo peor es que se pone en contra de la facción de las amigas de las armas y no actúa como una soldado de honor, hasta ahora ha corrido con suerte por que tiene su favor una parte de las oficiales y la tropa.

- ¿Qué?

- Reconozco que es una persona carismática y cercana a la tropa y sobre todo confiable para las superiores pero en cualquier momento se va a meter en un problema gordo, no deberías dejarte embaucar por su amabilidad.

- Entiendo superiora

- Debería entender que el Clan de las Amigas de las Armas sólo buscan el bienestar de toda la comunidad, no sólo de nuestro cuerpo. Piensa que actualmente tenemos una situación de crisis con los aimos, que podría desembocar en una guerra.

- No entiendo de qué habla, superiora

- ¡Jaja, está bien, es sólo política!

- Una... una vez oí que en el cuerpo de defensa no se habla de política...

- Las cosas no son así tan simples..., ¡Lo que sí y te lo digo una sola vez, desde ahora me obedecerás en todo!

- Está bien, superiora, disculpa… ¿Le gusta el clan de las amigas de las armas?

- Si, soy afín a su ideología y aspiro a integrarme a sus filas, pero por ahora no he podido, ¡Son unas bastardas clasistas pero eso prueba su honor de soldados!

- A veces la vida da señales para guiarnos en nuestras decisiones

- ¿Crees en el destino?

- No, superiora, al final las decisiones son nuestras, es sólo que hay que prestar oído a nuestra intuición

- Bueno, acá en el cuerpo de defensa sólo hay cabida para obedecer órdenes, no pienses en nada más

- Está bien

- ¿Qué es esa actitud tan blanda?, ¡Sí señora!, responde

- ¡Si señora!

- Así está mejor, es mejor que me obedezcas porque sino te pateare el culo

- ¡Si señora!

Al otro día la capitana Hayned le comunica a Luz que la monja Dabriánide fue suelta de inmediato, sólo fue notificada por desobediencia a la autoridad, eso fue un alivio para Luz.

La acción de la capitana Hayned provocó molestia en el clan de las amigas de las armas, pero la General Resmondie le restó importancia y la dejó proceder. 

Dentro de las actividades extra del cuerpo de seguridad, Luz escogió las artes marciales, ya que desea mantenerse lo más lejos posible de las armas, además que tiene condiciones físicas por la práctica del “cultivo corporal” (algo parecido al yoga) todos los años que estuvo en el monasterio, prácticamente desde que nació. Mientras que su compañera Miriyade fué por la práctica de tiro y la esgrima. Gracias a las artes marciales Luz adquirió más agilidad y técnicas de defensa, lo que se complementa muy bien con sus prácticas de monja.

Pero el entrenamiento militar no estuvo exento de problemas dado los votos de monja de Nélide, 

- ¿Eres estúpida soldado Nélide?, en cuanto a disciplina no tienes problemas, reconozco que demuestras ser buen elemento, ¡Pero estás en el Cuerpo de Seguridad!, ¡Tienes que usar un arma, y familiarizarte con ella!, ¡Esto no es un monasterio de monjas!, ¿No quieres tocar ni un cuchillo? ¡Qué ridículo!, cuando te toque ir al frente te enfrentarás a adversarios que irán por tu vida, ¡si no los matas ellos te matarán!, ¡La parte más básica de todo entrenamiento, desde el más precario, siempre es el deseo de supervivencia!

Luz sólo mira el suelo callada, está a punto de llorar

- Soldado Nélide, desde ahora te ordeno portar tu arma de servicio y practicar tiro y yo misma me encargaré de entrenarte en esgrima de cuchillo. Me asignaron como compañera tuya y no voy a confiar mi culo a una maldita pacifista, y será mejor que me obedezcas sino ya sabes, ¿Entendido recluta?

- ¡Sí señora! - Luz grita a la vez que trata de contener el llanto. Miriyade tiene el mismo rango que Luz pero la trata como superior sólo por llevar más tiempo en la institución, Luz muy sumisa obedece sin reclamar cuando no tiene obligación de hacerlo.

- ¡Es el colmo!, ¡Toda la vida las reclutas del cuerpo de seguridad han entrenado de a pares, y yo que quiero subir en el escalafón y ser parte del clan me asignan una inútil!

- ¡Sí señora!

- ¡Escuchame!, ¡Tú no vas a abortar mis sueños ni serás un maldito lastre, me obedecerás en todo!

Así Luz evitaba tocar un arma pero al final casi por obligación Miriyade hizo que Luz aceptara su arma de servicio, le enseñó a usarla y practicaron tiro, además de la esgrima con cuchillo. A las dos semanas sin embargo, oficiales del clan llevaron a Luz al hospital institucional donde está su madre Nelda.

- ¡Madre!... snif... mamá, recupérate pronto - Luz pensaba que estaba viva ya que podía ver el aura de Nelda aún en su cuerpo, en un momento trata de bajar a la sala para verla de cerca y acariciarla, pero las soldados se lo impidieron.

- ¡No puedes moverte de acá, está prohibido acercarse!

- ¡Pero quiero verla de cerca y que me sienta... tal vez...!

- ¡Alto, recluta! - Otra soldado le da un golpe con el arma en la nuca, Luz cae inconsciente.

Verla en estado de coma fue impactante para Luz, sin embargo no se le permitió acercarse, ni mucho menos tocarla.

Luz despierta en el cuartel, a su lado está su compañera Miriyade.

- ¿Cómo te sientes, recluta?, Dijeron que sufriste una descompensación cuando viste a la ministra Nelda, pero ese chichón en la nuca no es muy de desmayo, ¿o te habrás golpeado al desfallecer?

- Aaaayyyy... creo que me golpearon, estaba muy consciente cuando sentí el golpe

- Ja, entonces te lo ganaste por impertinente

- Perdón superiora

- Reconozco que eres un buen elemento, se te da muy bien la disciplina y has aprendido a usar el arma, tengo fé en ti, Nélide, si dejas de lado tu afán pacifista podrás ser una gran soldado de honor, no dejes que te domine un carácter

- La ministra Nelda es mi consanguínea, ella está viva, vi su aura, quería estar a su lado y que sintiera mi presencia, quería acariciarla pero no me dejaron…

- Ya veo, tienes algo de apego hacia ella

- Para mí es una madre

- Ya veo, ahora entiendo, eres una monja de mierda, por eso tienes tan buena disciplina, aún así es curioso que sientas tanto apego hacia esa mujer, ¿le llamas madre por que es tu progenitora o algo así?, esa es una palabra arcaica…

- Así es, yo no nací de una incubadora como la mayoría, Nelda me gestó en su vientre.

- De todas maneras es como raro, son escasas las tipas que optan por gestar a sus vástagos en su propio vientre, el resto de nosotras nos gestamos en incubadoras y ni siquiera conocemos nuestras progenitoras, además, ella es sólo tu cosanguínea... ahora veo que las tipas que nacen de vientre es más fácil que desarrollen apego insano… Si hubiera sabido en un comienzo que eras una maldita monja te hubiera pateado hasta cansarme, pero ahora me he acostumbrado a tí recluta. Pero lo que me choca es que esas soldados te hayan aturdido, ¡y eran del clan!, eso no es honorable

- Bueno, ya pasó, al menos me queda la tranquilidad de que mi madre está viva, oraré para que se recupere pronto…

- Recuerda recluta, acá estás en el cuerpo de seguridad, lo mejor para todas es que seas una buena soldado, en un momento mi vida dependerá de tí, así como la tuya de mí, si los rezos te sirven es cosa tuya pero acá te servirá más tener una actitud proactiva, ¿entendido?

- Si, mi superiora

- Espero mucho de tí

Desde ese momento Luz sólo se ocupó de entrenar su poder de concentración y su cuerpo en artes marciales, era tanto su empeño que contagió a su compañera Miriyade a practicar también artes marciales, Luz siempre tuvo habilidad física y eso lo explotó más en sus dos años en el cuerpo de defensa con la plena convicción de volver a ver a su madre. En las noches tenían largas charlas sobre la vida y sobre la filosofía que practicaba Luz, en una de esas charlas Miriyade le confiesa,

- Ya sabes que soy simpatizante del Clan de las Amigas de las Armas, pero aún así es complicado que me acepten como miembro de pleno derecho, sin embargo para ganar méritos me asignaron una tarea con respecto a tí, la cual consistía en vigilarte e informar cualquier actitud sospechosa tuya, yo no lo entendía hasta cuando me enteré que eras una monja, al principio la cosa marchaba bien pero al tiempo que íbamos pasando más tiempo juntas también iba perdiendo confianza de mis contactos, ya que todo el mundo sabe que eres una monja y temen que me contagie de tus perversiones

- Ya veo, las monjas tenemos muy mala imagen en el Clan...

- Pero no te preocupes, cada vez me importa menos ser parte del Clan, es verdad, no tengo a nadie en la vida y jamás he confiado en alguien, ellas me dieron la posibilidad de ingresar al cuerpo de defensa, y debido a eso me sentía identificada con el Clan, sentía que al fin podía confiar en gente como camaradas, pero veo que ellas nunca han confiado en mi, en otras circunstancias hubiera sido triste, penoso, pero fíjate que no me siento mal, creo que es gracias a ti, a tu amistad genuina. Cada vez veo más honor en tí.

- Superiora, desde el primer minuto en que te vi, siempre confié en ti, y aún ahora sigo confiando, eres mi primera amiga fuera del monasterio, gracias por tu honestidad.

- Jaja, ¿En qué momento nuestra conversación se volvió tan profunda? jajaja, ¡Qué vergüenza!... de todas formas, recluta... gracias... por tu confianza... nunca nadie... me lo ha dicho

- ¿Has llevado una vida solitaria, superior?

- No me había dado cuenta pero creo que si, antes estar sola era como… mi estado natural, pero ahora es algo incómodo

A menudo en los tiempos libres Miriyade sorprendía a Luz meditando.

- Oye recluta, ¿Qué ganas haciendo eso?

- La meditación es la base del poder de concentración, que es el sustento para fortalecer mi aura

- ¿Y qué puedes hacer con tu aura?

Luz hace que un computador de pulsera flote en el aire

- ¡Fantástico!, ¿Y puedo yo aprender eso?

- Cualquiera puede hacerlo, es sólo que tienes que aprender a meditar primero

- ¡Dale, enséñame!

- Pero no lo tomes a la ligera, sino, no lo lograrás manejar

- ¿Acaso dudas de mis habilidades?, ¡no sabía nada de artes marciales y mírame, estoy casi en tu nivel!

- Eso es verdad, entonces empezaremos ahora mismo con las lecciones.

Días después se anuncia el licenciamiento de todas las reclutas pero antes de eso se lleva a cabo un ejercicio militar de simulacro de combate, en el cual participarán las reclutas y soldados, junto algunas oficiales, en todos los ejercicios se usarían salvas no letales, Miriyade ya conocía las bases de la meditación y del poder de concentración, ya podía ver el aura de otras personas, pero apenas podía controlar su propia aura, aún así estaba confiada que todo saldría bien ya que las oficiales a cargo pertenecían al clan de las amigas de las armas y aún le quedaba una mínima esperanza en ese grupo.

- Haremos simulación de combate, recluta

- ...

- ¿Aún te aferras a tus creencias y a negarte a usar tu arma de servicio?

- Mis principios me prohíben a participar en actividades que promuevan la violencia

- Hmmm... me cuesta entender tu postura, ¿Qué harías si alguien te golpea, tampoco tienes derecho a defenderte?

- Al menos nunca tomaré la iniciativa, buscaría la forma de reducir al atacante y evitar que me haga daño y que él mismo se haga daño, para eso también practico las artes marciales, si respondo con violencia a su violencia, ésta escalará hasta que ocurra una desgracia

- Mmm... tiene lógica, de todas formas si no usas tu arma tendrás problemas, no te preocupes, usaremos salvas

Pero durante los ejercicios ocurrió un accidente en el cual Luz le salva la vida a Miriyade, en un ejercicio de ataque de las reclutas a una guarnición de soldados veteranas, el pelotón de ambas fue atacado con armas reales, varias reclutas resultan heridas y una muerta y el pánico se apodera de las chicas.

Miriyade trata de reagruparlas y ordenarlas pero cunde el pánico, a lo que Luz sale de su trinchera a desviar los tiros mientras Miriyade busca a las chicas para reagruparlas.

- ¡VAMOS, JUNTÉMONOS PARA DEFENDERNOS!, ¡SI HUYEN LAS CAZARÁN COMO CONEJOS!

Luz hace gala de una gran destreza moviéndose por el frente y logrando inmovilizar a muchas adversarias con sus balines golpeándolas en puntos vitales y deviando tiros protegiendo a sus compañeras. Miriyade, quien es la líder de escuadrón recibe varios disparos que no la alcanzaron gracias a que Luz atenta alcanza a saltar sobre ella y usando su poder desvía los disparos cubriendo a Miriyade terminando ambas en el suelo en el cráter de una explosión.

- ¡Me salvaste!

- ¡VAYAN POR LA LÍDER DE ESCUADRÓN!, ¡CAPTÚRENLA O LIQUÍDENLA! - Se escuchan gritos a lo lejos

- ¡Cuidado, no te muevas! - Luz grita, - ¡¡PAREN EL FUEGO!!

En el instante varias ráfagas caen sobre ambas, Luz que está encima de Miriyade tiene que redoblar su poder de concentración para desviar los disparos pero un hiere su pantorrilla izquierda

- ¡GGGRRAAAAAHHHH!

- ¡Recluta!

- ¡N… no se mueva, Superiora!

- ¡¡ALTOO ALTOOOO!!, ¡¡NO DISPAREN!! - grita otra soldado a la distancia, pero unos disparos más hieren a la soldado, en eso una oficial interviene. 

- ¡ALTO EL FUEGO!

Miriyade estaba conmocionada, gracias a la protección de Luz pudo salir ilesa, pero lo que no debía suceder pasó, ella podría haber muerto de no ser por su compañera Luz y su poder de monja, este incidente terminó por desilusionarla completamente del clan, Miriyade creía en el clan, se sentía identificada ya que en sus palabras, si no existiera el clan ella estaría flotando en la nada. Luego del aseo aún en la zona de higiene Miriyade aún estaba conmocionada cuando Luz, ya tratada de su herida, trató de animarla, 

- ¿Está bien, superiora?

Miriyade se la queda mirando y la abraza, ambas están desnudas y Miriyade le susurra al oído;

- Oye, Nélide

- ¿Superiora?

- Sólo llámame Miriyade

- Pero…

- ¡Es una orden!

- Está bien, Mi… Miriyade, ¿Qué necesitas?

- Hagámoslo… Nélide

Luz está confundida

- Por favor Nélide, me siento completamente vacía y desolada, no me queda nada, ya no tengo a nadie - Miriyade comienza a llorar

Luz se queda con la mirada vacía y no dice nada, era primera vez que Miriyade la nombraba por su nombre y le pareció tan indefensa, sólo cerró sus ojos, subió sus brazos y respondió su abrazo acariciando su espalda y con la otra mano acariciando su cabeza mientras Miriyade llora como una niña. Esa noche en el cuarto, las chicas tienen intimidad, el sentimiento de soledad y orfandad en ambas se hizo fuerte, Luz lejos del monasterio y con la sensación de que la rodean los enemigos y Miriyade desilusionada del clan y el afecto que se dieron las reconfortó de su soledad.

- Después de todo, la única persona que me ha sido fiel desde el comienzo fuiste tú, Nélide

- Y tu también, Miriyade, siempre trataste de darme tu fortaleza

Luz tiene que hacer reposo unos días mientras Miriyade la acompaña tratándose su conmoción. Ya perdió su fe en el Clan y la guerra recrudece pero las reclutas continúan con su rutina. A los tres días vuelven Luz y Miriyade y sus compañeras las felicitan

- ¡Gracias por cuidarnos, Nélide, Miriyade!

Ahí se da cuenta Miriyade que Luz hizo un gran esfuerzo protegiendo a sus compañeras como un verdadero escudo humano, aún así hay mucho pesar por la camarada caída. 

Debido a la baja en las tensiones todas las reclutas fueron licenciadas eso incluyó a Luz, quien fue promovida a soldado de reserva. Miriyade, que siendo soldado se quedó en el cuartel, el momento de la despedida fue triste pero sin dramas, para ese momento Miriyade ya había perdido su convicción en el clan y buscaría acercarse a la capitana Haynes. Luz pudo retornar al monasterio después de tres años, todas sus hermanas estaban felices y pudo volver a sus votos de monja y continuar su práctica junto a Dabriánide y Amethys. A menudo se comunicaba con su amiga Miriyade para saber si estaba bien, pero la paz sólo duró un año.

Estalla la guerra con los aimos y nuevamente Luz es buscada en el monasterio, Miriyade le alcanza a advertir que no vuelva pero la comunicación se corta, Dabriánide se da cuenta de lo que sucede y ayuda a escapar a Luz sin embargo ambas son atrapadas y esta vez Dabriánide será encerrada por tiempo indefinido.

Rishmondie convocó a Luz para una misión especial, Luz solicita que antes de la misión pueda ir a ver a Dabriánide en el presidio, en eso aparece Miriyade, quien había sido enviada al frente pero por gestión de Haynes pudo retornar por breve tiempo al cuartel, es ahí que ella transporta a Nélide a la prisión.

En el lugar Dabriánide y Nélide tienen su reunión, la cual es interrumpida por el ataque del aimo mutante, que las obliga a luchar contra el monstruo, después de una ardua lucha en la cual Dabriánide le dio una justificación para luchar por la supervivencia, finalmente es Miriyade quien da el tiro de gracia al monstruo, es ahí que Dabriánide le dice que pronto será liberada.

Salimos de la mente de Luz y volvemos a la realidad, Jorge cumple con su promesa y todos los días después de clases va a ver a Luz, por su parte Lina ya conversó con su marido sobre su decisión. 

Después de su primer encuentro con Dabriánide en prisión, Luz iba periódicamente a visitarla para mejorar su nivel de concentración en los días que quedaban antes de su partida, pero finalmente las lecciones se interrumpen por un incidente violento, un aimo mutante es traído a la prisión y encerrado, si bien pasó un par de días inquieto pero nada grave, el tercer día enloquece, matando guardias y a otros prisioneros, Nélide y Dabriánide escapan de la celda e intentan huir pero el mutante las encuentra, sin escapatoria, ambas deciden luchar.

Estando en la celda de Dabriánide, durante una conversación de pronto se escucha un gran estruendo y gritos, acompañado de un temblor que sacude el lugar que deja la prisión a oscuras, a continuación el silencio, Nélide y Dabriánide se quedan paralizadas a la expectativa, de pronto gritos de gente corriendo, golpes metálicos a la distancia acompañados de rugido de bestia, ambas se levantan en la penumbra apenas iluminada por pequeñas luces que parpadean, pasados unos minutos todo se vuelve silencio

- ¡Hermana Dabriánide, tenemos que salir de aquí!

- Pero estaría quebrantando mi condena…

- Quedarnos acá tampoco es seguro, tenemos que...- nuevamente rugidos salvajes acompañados de golpes y gritos interrumpen las palabras de Nélide - ...tenemos que ver la forma de salir de este lugar con vida, que es la prioridad, y ya seguras entregarnos a las autoridades.

La puerta de la celda estaba cerrada e intuyeron que con el corte no iba a funcionar, Nélide con fuerza la pudo abrir ya que no tenía puesto el cerrojo, así, ambas salieron hacia el pasillo, todo el lugar estaba oscuro y desierto, ni guardias ni prisioneros, ambas chicas eran las únicas que quedaban en el recinto, Nélide enciende la linterna en su brazo. Luego de avanzar unos pasos a tientas, nuevamente gritos y golpes a la distancia las detiene;

- ¡Qué está pasando, todo esto me tiene los nervios de punta!

- Hermana Nélide, pase lo que pase tienes que mantener la calma, por lo mismo que no sabemos nada, dejarse llevar por el temor y el pánico no nos llevará a nada bueno, el estar calmada a pesar de todo nos permitirá reaccionar de forma adecuada, sea lo que sea que esté pasando

- Que bueno que estés conmigo, Dabriánide - Dabriánide se percata que Nélide está nerviosa y le toma la mano, siguiendo el camino de la salida de pronto sienten unos golpes metálicos, nuevamente detienen su marcha para reanudarla luego de una breve espera, esta vez más sigilosas, Nélide le entrega una linterna a Dabriánide- Toma

De pronto el pasillo se abre, un gran espacio se abre ante las chicas, un espacio que no había, varios pisos se ven destruídos lo que forma una especie de anfiteatro, vigas, cables y trozos de estructura cuelgan por alrededor, el pasillo por donde venían las dos estaba semi obstruido por el techo que se había caído, Nélide asoma por un costado y observa el gran espacio desde el borde de la cornisa, el suelo se encuentra a cinco pisos debajo de ellas y tienen que bajar hasta ahí para encaminarse a la salida, Nélide tiene agilidad para bajar sola, pero Dabriánide no, así que tienen que buscar una forma de descender de manera segura.

Asomando su cabeza por el vacío, Luz se da cuenta que en el cuarto aledaño está colgando una tubería que llega al fondo.

- Hermana Dabriánide, por el cuarto de al lado se ve una especie de viga o tubería que baja hasta el fondo, podríamos llegar hasta ahí y descender por ella

- Pero por lo que veo, no hay una puerta de acceso a ese cuarto, vamos a tener que pasarnos por la grieta del borde...

- hermana, tendrás que ayudarme a sostenerme mientras paso de un lado al otro, yo soy más liviana, ojalá que el piso del cuarto esté firme

- Te cuidado, Nélide

- Muy bien, tendré que tomar el riesgo, hermana, dame tu mano y sostenme, yo te aviso cuando me sueltes

- De acuerdo

Nélide, con su mano izquierda sostenida por Dabriánide, pasa su pierna y brazo derecho por el vacío hasta tocar el piso del otro lado de la pared, en ese momento pasa su cuerpo del otro lado pero no encuentra nada de que sostenerse, Dabriánide con cuidado va cediendo para que su otro brazo también pase, en este caso Nélide tiene la ventaja de ser más delgada, liviana y de que su uniforme es ajustado y cómodo, por otra parte Dabriánide es más grande y pesa más, además que sus túnicas anchas pueden ser de estorbo.

Finalmente y con mucho cuidado después de una lenta y laboriosa maniobra Nélide está del otro lado, presiona el suelo con el pie para probar su firmeza;

- Hermana Dabriánide, el suelo de este lado se ve firme, ahora toca que tu pases

- Espera un poco Nélide, me estoy acomodando- Dabriánide se sacó casi toda sus túnicas quedando sólo con su primera capa de ropa ajustada al cuerpo, luego toma sus túnicas y forma un bulto con ellas y mostrándoselo a Luz por el costado del muro quebrado- Hermana Nélide, recibe por favor esto…

- ¡Te sacaste la ropa!

- Lógico, todo este trapo me va a estorbar, una vez que salgamos de acá me los vuelvo a poner, además estoy consciente del riesgo, soy más grande y peso más que tu, ahí voy...

Luego de arrojarle el bulto de telas a Luz y con mucho cuidado Dabriánide pasa primero su brazo derecho recibido por Luz, luego su pie derecho afirmándose fuerte al borde de la pared, del otro lado Luz toma su antebrazo derecho y hace fuerza con todo el peso de su delgado cuerpo, finalmente logra pasar del otro lado sin mayores problemas demostrando que si bien no tiene el entrenamiento de Luz, pero también tiene agilidad.

- Ufff, costó un poco, hermana Nélide

- Seh, voy a ver la viga si es segura- Luz va donde la viga, la cual es de metal sólido, observa desde dónde está apoyada y la toma tratando de moverla pero se ve sólida- si, se ve firme, de todas maneras bajaremos de a una a a vez

- De acuerdo, baja tu primero

- Si- Nélide se abraza de la viga y comienza a descender, luego de unos minutos llega finalmente al fondo- ¡Hermana Dabriánide, es tu turno!

- ¡Hermana Nélide, recibe esto porfavor!- Dabriánide le lanza el bulto de su ropa, luego de eso repite la maniobra de Nélide y baja por la viga, pero todo esto no estuvo excento de ruido y ya cuando se aprestaban a buscar la salida nuevamente un gran ruido las sobresalta, acompañado de un salvaje rugido, Nélide y Dabriánide se quedan paralizadas y de las sombras asoma una enorme bestia, el aimo mutante.

Así las madelianas se encuentran cara a cara con el responsable que provocó todo el desastre, una bestia enorme que supera por 5 el tamaño de Dabriánide, la más alta de las dos, un enorme torso musculoso y dos largos y poderosos brazos se sostienen sin embargo sobre dos pequeñas piernas asemejando al cuerpo de un gorila, su cabeza pequeña en proporción al cuerpo y unos apéndices que salen de su cabeza a modo de cabello, este es el aimo mutante, sus brazos manchados de sangre, así como las salpicaduras en su cuerpo delatan su salvajismo. 

- ¡Por Madiere, es horrible!

- Hermana Nélide, tenemos que enfrentarlo para vivir, no ganaremos nada dejándonos matar, la mejor de las posibilidades sería escapar, tratemos de buscar una ruta de escape, pero mantén la calma, el pánico no servirá de nada

- Es bueno que estés acá conmigo, hermana, tu me traes la calma.

Pero Dabriánide, que está calmada, observa que Luz está temblando, por lo que le da un breve y cálido abrazo por la espalda a Luz, eso la tranquiliza.

- Hermana Nélide, para aprovechar al máximo tu poder debes enfrentar este desafío con sangre fía y mente calmada, vamos por él

Luego de un minuto de introspección, las chicas espabilan y sin decir nada, se miran y coordinan para el ataque, Luz pasa al frente rápidamente a encarar al monstruo para distraerlo mientras Dabriánide toma una posición más defensiva en retaguardia para tener una vista más general, buscar una vía de escape e intentar lanzar sus ataques poderosos. 

Luz se aproxima rápidamente y el aimo lanza un macizo golpe, alerta y sin perderlo de vista Luz alcanza a hacer la finta y se da cuenta que si bien sus golpes son fuertes, sus amplios movimientos son predecibles dado el gran tamaño del aimo, aún así debe estar atenta con la velocidad y las reacciones de su adversario.

- ¡Debo estar atenta, con ese poder, si me alcanza, me mata!

Si bien Luz tiene entrenamiento en lucha, velocidad y gran agilidad que puede evadir los ataques del aimo, le falta la fuerza en sus golpes por lo que es como un tábano que no deja en paz al monstruo mientras Dabriánide, que no tiene la agilidad ni las técnicas de Luz, se mueve constantemente fuera del campo visual del mutante para atacar en el ángulo preciso con su poder de concentración. La técnica de Luz es notable, sus movimientos son como el parkour, con saltos, piruetas, carreras y giros distrae como un zancudo que no deja en paz al mutante, pero como su poder de concentración está tan poco desarrollado, sus ataques son poco efectivos dada su falta de fuerza.

- ¡No es suficiente, mis golpes no le hacen nada, al menos lo estoy distrayendo para que no se fije en la hermana Dabriánide, pero si sigo así terminaré agotándose, debo ver la manera de hacerle daño, recuerda Nélide, es él o nosotras!

De pronto Dabriánide encuentra un flanco descuidado y rápidamente con telequinesis agarra un gran trozo de concreto y lo dispara hacia la cabeza del aimo, el cual golpea de lleno desestabilizando al monstruo quien queda momentáneamente aturdido, 

- ¡Ahora!

Es la pausa que esperaba Luz, se hace de la misma pesada viga que usaron para bajar y concentra toda su energía en moverlo de su lugar para estrellarlo contra la espalda del aimo, quien distraído buscaba a Dabriánide, ésta nota el movimiento de Luz por lo que dispara otros escombros al rostro del monstruo, así, la pesada viga se desploma sobre la espalda de la bestia aplastándolo, sin esperar reacción Dabriánide dispara otro gran bloque de concreto a la cabeza del caído monstruo pero éste, aún herido, se levanta con un gran rugido como apenas afectado y cambia de táctica ignorando los ataques de Luz para concentrar su ataque en Dabriánide. 

Dabriánide tiene que redoblar esfuerzos para evadir los golpes del mutante corriendo mientras Luz ataca cada vez con más desesperación recurriendo a golpes con objetos contundentes para añadir fuerza y multiplicar el daño con énfasis en la herida, de reojo Dabriánide observa el esfuerzo de Luz para atacar, entonces en una distracción del monstruo, envía su poder a Luz para luego volver a llamar la atención y distraer al aimo. Esta vez Luz experimenta su poder multiplicado pero multiplica su descontrol por lo que se lanza al ataque temerariamente con todo su cuerpo mientras el aimo persigue a Dabriánide, quien no se ha percatado, Luz golpea con ambas piernas la nuca del aimo y aplasta su rostro contra un muro el ataque de Luz deja maltrecho al aimo pero aún no pueden cantar victoria ya que demuestra una resistencia formidable.

Luz encuentra un trozo afilado de metal y sin dudar lo dispara con la telequinesis que presenció de Dabriánide, atravesando la pierna izquierda del aimo, luego un segundo proyectil se incrusta en el hombro derecho y usando el resto de lo que le queda en evadir los furiosos golpes, pero al menos han limitado la movilidad del aimo, en ese momento Dabriánide pone atención en el aura de Nélide y se da cuenta de su estado alterado, pero el cansancio ya está haciendo mella en ella

- Hermana Nélide, ¿te encuentras bien?

Pero Luz no contesta, sólo se afana en atacar

- ¡NÉLIDE! - Dabriánide grita y amuneta de golpe su aura

- ¡Hermana Dabriánide! - Luz despierta como de un trance

- Por allá vi una salida pero está justo tapada, hermana Nélide

- Entonces con lo que me queda lo distraeré para que se mueva de ahí, entonces aprovechas de escapar y yo te sigo

- Ve con cuidado, aún no se ve derrotado

Ambas se dividen, Luz corre a enfrentarse al mutante mientras Dabriánide corre en sentido opuesto tratando de alcanzar la salida, el monstruo se mueve a atacar a Luz y ésta lo evade, a pesar de lo maltrecho, el monstruo aún puede moverse y atacar, Luz está cansada y empieza a ganarle nuevamente la desesperación.

Con el alejamiento del aimo, la salida está libre al fin y Dabriánide la alcanza, pero no cabe, los escombros la obstruyen, Dabriénide trata desesperadamente de remover los escombros con sus manos, está agotada y ya no puede usar el poder de concentración, Dabriánide nota algo y mira hacia Luz, nuevamente su rostro está desencajado mostrando sus dientes, ojos desorbitados mostrando sus pupilas amarillas e iris afilados como de gato,

- ¡No puede ser!, ¡Hermana Nélide, contrólate!

 En eso el monstruo se da cuenta de Dabriánide y va hacia ella, Luz montada sobre el lomo golpea con saña sus heridas con salvajismo, clava sus garras en las heridas del aimo y comienza a morder como una bestia hambrienta, arrancando trozos de la piel y carne, el monstruo ruge pero en el instante en que Dabriánide removía escombros con desesperación, algunas rocas caen desde adentro;

- ¡APÁRTATE! - Grita una voz desde el interior

 Y media docena de rayos salen del interior y atraviesan el cuerpo del aimo desde atrás, Dabrienide alcanza a apartarse y rueda al suelo, el mutante se desploma dejando abierta la salida por la cual aparece Miriyade, la compañera de Luz que con su fusil de rayos le da el tiro de gracia al monstruo.

Por su ímpetu la propia Luz es casi alcanzada por uno de los rayos, el monstruo se desploma y Luz sale volando, Dabriánide tiene que correr rápidamente para detener a Luz que ya volvía en pos del aimo, la termina abrazando sobre el cuerpo del monstruo caído y le traspasa su energía con lo cual Luz recupera la cordura.

- Aún te falta mucho entrenamiento, hermana.

Miriyade se entera del escándalo fuera del presidio y oye las explosiones por lo que decide entrar a buscar a Luz.

- ¡Mierda, algo está pasando ahí adentro y para variar esa porfiada de Nélide no llevó su arma de servicio!

En su calidad de soldado no iba a tener problemas con las autorizaciones del personal de la cárcel, sin embargo el alboroto era tan grande que nadie siquiera le prestó atención, todos huían del lugar, esta corriente en contra de gente que pugnaba por escapar del recinto retrasó a Miriyade, más aún cuando no conocía el lugar.

- ¡Hey, necesito saber dónde tienen encerrada a una tal Dabriánide!

- ¡SAL DE MI CAMINO!

¡Esto es imposible, todo el mundo está en pánico! - De pronto Miriyade ve a una guardia muy joven, la agarra con fuerza y le habla con autoridad: -¡OYE GUARDIA, SOY CABO DEL CUERPO DE SEGURIDAD, LLÉVAME DONDE ESTÁ LA RECLUSA LLAMADA DABRIÁNIDE!, ¡ES UNA ORDEN!

- ¿Eh?, ¡pe pe pe... pero e... ella está en el pabellón ci ci ci… cinco!

- ¿CÓMO LLEGO HASTA AHÍ?, ¡VAMOS, RÁPIDO!

- Es... por el pasillo de la izquierda...

- ¡IMPOSIBLE, TÚ VIENES CONMIGO O TE PATEO! - Miriyade agarra del cuello del uniforme a la pobre chica guardia con un gesto amenazante y se la lleva arrastrando.

Más adelante ya estaba más vacío de gente pero no había iluminación artificial.

- ¡Oye guardia, dame tu linterna!

- S... si... m… mi mi mi cabo, y… ya a partir de acá es cerca, entrando por este pasillo es el módulo cinco…

- En unos minutos te suelto... - De pronto un estruendo sacude el lugar - ¡Mierda! - Miriyade saca su arma y observa a la guardia que está muerta de miedo - ¿Es derecho por acá?

- ¡S... Si señora!

- Entonces ya puedes largarte

La joven guardia sale despavorida en un segundo mientras Miriyade le sigue la pista al estruendo y los ruidos.

- ¡Esta mierda apesta! ¡ya me acordé, el truco más sencillo de la concentración es captar el aura de otra persona!, a ver, lo voy a intentar...

Mientras camina siguiendo los ruidos Miriyade hace una meditación sencilla.

- Sólo he visto el aura de gente que tengo delante mío… a ver… creo que necesito más con… ¡Es verdad!, siento dos presencias por allá, ¡Genial, este poder es súper útil!

Pero casi al llegar al lugar el pasillo está obstruido por derrumbes de material, Miriyade tiene que abrirse paso entre los escombros.