Belle. Papa Lev. El misterio de Oco, Além. ¡Belle sabe donde esta Lucius!
Tanto Belle como Lucius estaban en dos mundos distintos e iguales.
Esa misma noche decidí salir de inmediato con el carro de Lucius. Conducía por la primera avenida hasta llegar al barrio de Flores, y luego bajar por la siguiente calle. Una que se encuentra escondida por una serie de arboles vetustos que fueran plantados en los comienzos del nacimiento de la ciudad. Se le colocó bajo flores por el relieve descendiente. Aquí se han instalado los diferentes familias poderosas y los llamados brujos o chamanes, y entre ellos un tal conocido de Lucius, a quien nombran como Papa Lev. Venido de Haití, un señor cuyos poderes sobrepasan la realidad. Tanto Lucius como William lo conocen, y algunas veces han intercambiado favores. Quienes padecen la simpatía con el mundo de lo paranormal, lo saben, y hasta se prestan una pisca de gusto por ello. Con relación a Leandro estaba dormido plácidamente, así que no cabía cuidado en el niño. Para ese entonces no es necesario. Tampoco es factible que los sucesos que ocurren en la casa lo lleguen a despertar con alguna molestia. De hecho creo, no debe ocurrir nada como tampoco con mis experimentos del sótano.
¿Qué es lo que ocurre en la casa de la familia Gunnes? Haremos un paréntesis de la historia principal para que puedan entender ¿Quiénes son ellos?
La historia principal, pueden leerla en los Gunnes y sus relatos de espanto y miedo. Lucius tiene una capacidad particular, puede escuchar voces internas. Se dice y se sabe que sufre una suerte de esquizofrenia, sin embargo esas voces de su interior que lo incitan a matar, son parte de otra situación, aparte de ello, ese don le permite ver actividad paranormal, algo que odia Belle y se ha terminado acostumbrando a ello. Él, puede percibir entes fantasmales. Y siente una cierta atracción a ello. Es por eso que la casa en la cual viven, mantiene algunas figuras desconocidas que abundan, y conviven con la familia Gunnes. A diferencia de Belle Inosanto de Gunnes, ella es una renombrada científica, pero tiene un fanatismo por la creación de quimeras a través de insectos. Esa forma grotesca de crear aquello le hay dado bastantes dolores de cabeza a Lucius. Si bien algunos a los que llama proyectos los mantiene encerrados, otros los suelta teniendo presente que no tienen un carácter hostil. Ella se fascina por aquellos monstruos. También tiene un problema de sonambulismo posesivo. Son tal para cual en cada una de sus tareas. William Parker y Rebi rumiko son coleccionistas, y ambas parejas se encargan de todas las situaciones paranormales, ufológicas, dimensionales, extrañas, foráneas y de todo tipo que se susciten.
Dicho ello, podemos continuar con la historia principal. Belle debe ir al bajo flores a conocer y lograr entrevistarse con Papa Lev, quien posee los poderes indicados y pueda darle una pista sobre Lucius.
...
Llegué a tiempo al corredor perdido. Una sitio entre grandes paredes de un lado y del otro. Se veían si uno alzaba la cabeza cables que cruzaban. Algunas ventanas rotas y cierto hedor que escapaba. No eran casas en las cuales vivieran las personas, sino que fábricas de frigoríficos. Un gato escapo por un tejado persiguiendo una rata de su mismo tamaño. El piso de baldosas de cemento rasposo, estaban engrasadas de una suciedad notoria. Algunos tachos de basura de gran tamaño sin recoger. El sitio se asemejaba a un fúnebre espacio funesto y perdido de la ciudad. Más allá de ello otros luctuosos sectores que regalaban un espacio tétrico; digno de una película de terror. Había unas personas. Indigentes que se estaban calentando las manos con una fogata hecha en un recipiente de metal. Ellos estaban ubicados en una esquina, y en otro sector se ubicaban unos hombres fumando. Una dama sola a estas horas de la noche no es prudente, por la peligrosidad del lugar, por lo que tome recaudos apropiados para que no me causen problemas.
¡Ey! Niña, estas muy lejos de casa – me dice uno de ellos exhalando el humo de un cigarrillo. Sus dos amigos se ríen. No les prestó, atención alguna y continúo por aquel corredor. Piso sin querer algunas ramas de ciertas plantas secas – ¡¡Oyee!! ¡¡Tuu, muchachita!! ¡¡Ven aquí!!
Sigo mi camino, y los tres a medida que me iba adentrando hacia otro sector del corredor que se volvía más oscuro me seguían detrás.
¡¡Je!! ¡Je! ¡je ¡Je! Vamos a divertirnos – Expresó uno de ellos que se adelantó y colocó su mano en mi hombro. Supongo que nadie se dará cuenta – Expresa otro –
La realidad es que son unas alimañas me dije, así que no medité en lo que pudiera sucederles a ellos.
¡¡Vamos linda!! ¡¡Tengo ganas de acción!!
Me di la vuelta y lo miré fijamente.
¡Wow! ¡Me gusta esa expresión – Comenta otro de ellos . – Y se lame los labios de su mirada lasciva – Deseo de querer y libido monstruoso
Tres rostros de descarados que habrán hecho mal a diestra y siniestra.
.vamos a jugar con ella un poco – Comenta uno que se direcciona a mí y me toma del brazo
Solo hice un chasquido de dedos. Solo eso. Para que detrás de ellos, el proyecto X, uno del cual he trabajado bastante se los llevaba. Solo fueron unos segundos. Para que la señora de ocho patas terminase con ellos. Al primero solo lo decapitó instantáneamente, y los otros dos fueron sedados y llevados a un sector de la pared.
¡¡Ahhh!! – mientras veía la cabeza de su amigo con el cigarrillo en la boca – Es cuestión de tiempo para devorarlos inmediatamente. -
Un indigente observaba sorprendido y repleto de miedo. El espantó consumió sus ojos de tal manera que no podía creer lo que veía, sentía, percibía, olía, y todos los demás sentidos que no pudieran reaccionar.
Veamos lo interesante que será abrir ese estomago- Cortando sus viseras que caían en el suelo notablemente. No fue muy diferente lanzar la seda para que no pudiera producirse prueba alguna
El otro estaba maniatado en el suelo pegajoso. Y solo fue cuestión de acercarse lo suficiente para que la extremidad peluda tocase su rostro. Lo siguiente fue solo una asfixia rápida y dolorosa atravesando parte de su garganta.
Aquel indigente salió corriendo y claro que no debía haber pruebas, aunque en estos barrios suelen suceder estos imprevistos con los maleantes. Hay algo que es seguro. En el mundo en que vivimos existe una cierta justicia que actúa por sí misma. Es lo que aprendí de mi esposo Lucius, y de mis años de investigación en quimeras. Maleantes son maleantes.
Aseguré limpiar el sector lo suficiente. Una científica con ojos dulces, mirada intelectual y teatro drástico a la hora de hacerse ver como es. Y no sé qué ocurrirá con el Papa Lev, pero me dará respuestas. Hare lo que sea para encontrar a Lucius.
El corredor estaba más oscuro como si estuviera en el propio espacio. Al llegar al final de aquel pasillo de paredes gastadas y humedad a muerte, había a un costado una gran puerta. En ella dos hombre que se asemejaban a querubines bíblicos como seguridad. Claro que me coloqué de manera suspicaz y sonriente delante de ellos. Al dar un paso. Uno de ellos estiró el brazo. Tenía dos opciones, la primera era la ya conocida, y la segunda, fue de mi bolsillo tomar la tarjeta que poseía Lucius con una nota. Al verla uno de ellos, retiró su guardia y su compañero abrió la puerta a preguntar algo a una persona.
Que dejen pasar a la mujer araña, esposa del maniaco.
Al oírlos, creí que era una broma. Uno de ellos asintió e ingresé a una suerte de bar de mala muerte. Entre los que estaban allí, se encontraban figuras y seres monstruosos. No era de éste mundo, ni nada. Era muy extraño y foráneo.
Le sirvo – Comenta el barman Gin tonic – ¡¡Gracias!! – Dije
De inmediato lo preparó. El sitio muy oscuro, solo se veían las luces de las botellas que se reflejaban con alguna que sostenía de un foco pobre y vetusto que estaba colgado desde el techo. Otros estaban allí. Una suerte de zombie se acercó a mí, en cuanto el barman me pasaba el trago. Me miraba fijamente deseando algo. Quien servía los tragos no prestaba atención y sonreía mientras limpiaba una copa. Bebí mi trago en sorbos. Aquel se acercó a mí, pero por ciertas razones su rostro monstruoso se convulsionó por alguna razón al mirarme.
Quizás hayas visto la cara de la muerte y no te habías percatado - Dijey bebí otro sorbo – Usted, tiene muchas agallas – Expresa del otro lado de la barra muy a lo lejos en una punta un hombre de cabello largo y lentes de color negro azabache. – Es notable señora araña Le agradecería que no me dijera señora araña ¡Je! ¡Je! Ahora entiendo porque es esposa del Doctor Gunnes. – ¿Viene por él? ¿Sabe algo de mi marido? ¡¡Sígame!! - Me expresa –
Nos dirigimos a otro sector. Una suerte de templo. Pasamos por varias puertas y en cada una había como habitaciones; una fiesta de seres desconocidos. Lugares que nadie se atrevería a ingresar. Con paredes gastadas de revoques, cuadros y pintadas con diagramas y rituales desconocidos que no son factibles de practicarse.
En ella veía seres drogados en su mundo, pasados de todo tipo de miserias, vejaciones, situaciones inverosímiles.
Como verá señora Gunnes. Aquí recibimos a personas importantes del bajo mundo. Tienen vía libre para complacer sus miserias. ¿Pero veo que usted viene buscando al paradero de su marido no? De hecho sabes más de lo que parece - - Un medium lo sabe desde siempre. – ¿Y dónde lo tiene? No lo tenemos. Aunque puedo darle algunas respuestas que usted ya debe saber. – Oco, Além. - ¡Es muy inteligente! ¿Allí se encuentra?
El papa Lev, no expresó nada. Al ingresar a su templo, había una habitación repleta de botellas tapadas con pañuelos. Calaveras, huesos en un círculo y una silla de madera gastada. Imágenes en las paredes de antiguos sacerdotes
¿Quién es realmente usted? Soy un confrontador de ambos mundos. Aquí y allá. Si los loas quieren le dirán donde esta Lucius. Pero ya lo sabemos Le pido se mantenga lejos del redondel, y arrojó una de las botellas quebrándose en el suelo al círculo marcado y luego me pidió un favor. Y me pasó una navaja – solo una gota de sangre allí – Y me direccionó al punto donde estaba el pañuelo.
Asentí sin dudarlo. Al hacerlo el pañuelo comenzó a quemarse y de esas llamas podía verse el barrio de Versalles y como desde una sitio a otro ingresaban y salían personas. Lucius se mimetizaba entre ellas.
¡¡¡LUCIUSS!!! ¡¡Shh!! Aguarde –
Lucius caminaba y desaparecía al otro lado de un pueblo destartalado, con ojos alrededor que lo observan misteriosamente. Y luego desapareció en medio de la noche de los monstruos y fantasmas. La llama comenzó apagarse y Papa tomó otra botella e ingresó uno de los fragmentos de vidrio que poseía un color determinado y luego otro pañuelo.
¿Y bien? ¡Oco, Além!. - ¡¡Eso ya lo sé!! - Expresé un tanto enfadada - ¿Cómo debo llegar a ese sitio? ¡Uh! – Respiró hondo – Hay dos maneras de poder ingresar a ese sitio. – ¿Y bien? Una es de forma aleatoria. – Manifiesta. El caso que me había ocurrido en el bus. Me dije. – Sin embargo es aleatoria, como ya lo sabe. Al mencionarlo me remordía los dientes. ¿Y la otra opción? ¡Tráigame al niño! ¿Se refiere a Leandro? – Fruncí el ceño. - ¡Sí! ¿No pensará sacrificarlo? ¡Je! – mostraba sus dientes que eran de oro puro – Para nada. – El menor, esta por error aquí. hay que devolverlo, aunque es un poco peligroso. ¿Podría ir sola? ¡No! Necesita una entidad guía. Sola puede terminar perdida en el espacio y tiempo en otro lugar que podría ser el propio infierno. Es un pequeño de apenas seis años ¿Quiere llegar a su marido? Puedo hacerlo sola, pero si falla, estará perdida por siempre en cualquier mundo al que se encuentre establecida. Entonces es solo traerlo, aunque la probabilidad de éxito es de un cincuenta por ciento, pues donde lleguen de Oco, Além no suele ser nada dócil. Puedo preguntarle algo Siempre que pueda responder. ¿Por qué mi marido está allá? Posiblemente su marido tiene más secretos que ni él conoce. Quizás en sus ojos esta la respuesta. Pero Oco, Além es un sitio muy peligroso en donde los entes que conocen de este mundo suelen ir. No existen los sentimientos de ningún tipo y solo sobrevive la malicia y la tortura. A quienes no poseen esos efectos, los tratan de seres defectuosos y quien sabe donde van a parar, sino al pozo de la oscuridad eterna. Oco, Além es un universo paralelo que lo peor del ser humano. No me importa, debo ir por Lucius. – Si a si lo quiere, así será. – Expresó Papa Lev. -