Asuntos Surgidos

—¿Era necesaria la declaración de despedida? Me refiero a la amenaza... —preguntó Ewan, con una fina sonrisa en los labios, mientras miraba a Sandro que estaba sentado enfrente de él y bebía una copa de champán.

—Sandro se encogió de hombros, tomando otro sorbo del champán —Nunca necesita tener un momento agradable y relajante todos los días de su vida. Debería pasar sus días restantes mirando por encima de su hombro. Se merece eso por su papel en este lío en el que estamos hoy, ya que nadie quiere encerrarlo. O mejor, en las celdas negras.

—Ewan se rió entre dientes, negando con la cabeza y mirando por la ventana mientras el jet privado se preparaba para despegar.

—Durante el trayecto desde el restaurante hasta este lugar, había permitido que un capullo de silencio confortable los envolviera a él y a Sandro, porque necesitaba pensar; rumiar sobre los frutos que su viaje para ver a Zack había dado.

—No muchos frutos, si tenía que decirlo, pero los pocos habían valido la pena.