Ataque Furtivo III

—¡Espera! —susurró-gritó Atenea, arrebatando la pequeña botella de vidrio de Aiden mientras se agachaban justo fuera del lugar que pertenecía a la pandilla.

Alambres de púas metálicos rodeaban los alrededores de la casa, que parecía no ser más que un bungalow. Sin embargo, Susana, a quien Atenea había informado sobre su incursión hace solo unos minutos, también había mencionado un búnker subterráneo.

—¿Cuál es el problema? ¡Acabas de decir que era lo suficientemente potente! —exclamó Aiden, su voz reflejando el tono urgente de Atenea.

Detrás de ellos se encontraban agentes vestidos con uniformes de combate negros, como los suyos, todos enmascarados y listos.

Ewan estaba entre ellos, habiendo insistido en unirse a la misión, dejando a Zane y Sandro en la furgoneta para comunicarse con Araña y mantenerse al tanto de cualquier actividad inusual, asegurando que los otros vehículos permanecieran intactos.

Después de todo, necesitarían una huida limpia después de esto.