—Antes de que te vayas —el viejo Sr. Thorne interrumpió suavemente, viendo que Atenea estaba a punto de levantarse para retirarse por la noche—, quiero pedirte una cosa más. Un favor. ¿Podrías considerar permitir que Ewan encuentre su camino de regreso a sus vidas, quizás a su propio ritmo? Significaría mucho para él.
Atenea abrió la boca, preparada para discutir el tema, pero la sinceridad en su expresión la hizo reflexionar. En lugar de defenderse, su solicitud quedó en el aire, invitando a su corazón a considerar abrir esa puerta, aunque solo un poco.
Si Ewan había cambiado, ¿podría haber espacio para él nuevamente en sus vidas? Podría ser al menos un buen amigo, ya que había demostrado un carácter sobresaliente desde que la verdad salió a la superficie.
—Lo pensaré, viejo Sr. Thorne —respondió, apartando cualquier duda. No estaba lista para otro ciclo de preocupaciones y estrés mental. Todo encajará en su lugar a su debido tiempo—. Necesito tiempo para resolverlo todo.