Operaciones Secretas V

—Con la cantidad de veces que nos has salvado, Ewan, deberíamos darte una Medalla de Honor… tal vez incluso un premio… —bromeó Aiden mientras abordaban la aeronave que los llevaría a su próximo destino.

El ambiente era ligero, y Ewan se rió en respuesta, arqueando una ceja con curiosidad mientras Aiden hacía un gesto sutil con la cabeza, indicándole que tomara el asiento junto a Atenea.

¿Un código de hermanos?

A Ewan le pareció interesante. Nunca pensó que llegaría el día en que Aiden se preocuparía por él de esta forma.

Con una inclinación agradecida hacia Aiden, Ewan tomó el asiento al lado de Atenea, quien fingió no notar el intercambio silencioso.

La realización la golpeó como una ola suave: Aiden de alguna manera había logrado conseguirle puntos buenos a Ewan. Y estaba empezando a entender por qué Ewan había parecido tan irritado durante su vuelo anterior.

¿Estaba tan ansioso por sentarse cerca de ella?