Los padres habían comenzado a llegar, lo que significaba que el terreno, antes silencioso, ahora se había transformado en un torbellino de actividad. La Academia Lunaris estaba llena de vida mientras los estudiantes corrían por los jardines, lanzándose a los brazos de los padres que esperaban, risas mezcladas con lágrimas, del tipo que hace que te duela el pecho.
Y el corazón de Violeta sí dolía. Pero no de una manera buena.
Ver todas esas reuniones entre risas y lágrimas hacía que Violeta se sintiera aún más miserable. Sentía que todos los demás tenían algo bueno en sus vidas excepto ella. ¿Por qué su propia vida era tan difícil? Y justo cuando pensaba que las cosas finalmente mejorarían, terminaba recibiendo una bofetada en la cara.
Había confiado en Asher, y él fue a investigar su pasado a sus espaldas. ¿Nunca estuvo interesado en ella como persona? ¿Siempre había sido su linaje misterioso?