—Ahora entrando en la arena está el inigualable cerebro de la Manada del Norte, ¡Alfa Caspian Storm! —presentó el Comandante Malakai.
Era el momento del enfrentamiento entre Alaric Storm y su padre. La audiencia aplaudió educadamente al principio, sin esperar nada fuera de lo común. Pero en el momento en que Caspian apareció, vestido de negro elegante de pies a cabeza, la energía cambió. En cada mano, llevaba Palos de Escrima, sus superficies brillantes capturando la luz.
Un murmullo de sorpresa recorrió las gradas. ¿Era eso un arma?
No es que las armas estuvieran completamente prohibidas, pero Malakai había declarado claramente no brutalidad. Aparentemente, Alfa Caspian había decidido difuminar esa línea, o tal vez tenía otra cosa en mente. Nadie sabía con certeza.
La arena vibraba con anticipación mientras Caspian giraba hábilmente sus Palos de Escrima, luego se puso en postura sólida en el centro del suelo, completamente en control.